El Senado de Estados Unidos se pronunció ayer en contra de la enmienda constitucional para prohibir los matrimonios entre homosexuales, pese al apoyo de la Casa Blanca a la propuesta.

En un voto inicial de procedimiento, la propuesta se vio respaldada por 50 votos frente a 48, pero no salió adelante debido a que era necesario el apoyo de al menos 60 senadores de los 100 que componen la cámara.

De haber contado con esos 60 votos, el Senado habría sometido la enmienda a una votación formal, en la que eran necesarios los votos a favor de 67 legisladores, dos tercios de la cámara, para aprobar el documento.

La enmienda constitucional había sido propuesta por un grupo de senadores de mayoría republicana que antes de la votación reconocían que no contaban con los 60 votos requeridos.

Los demócratas habían acusado a los republicanos de promover la medida no porque tuvieran ninguna esperanza de que avanzara, sino simplemente para movilizar a sus bases más conservadoras ante las elecciones del 2 de noviembre.

Ya antes de la derrota, los republicanos que proponían la enmienda prometieron seguir intentando su aprobación el próximo año legislativo.

"Este tema no se va a quedar así como así", declaró el líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, uno de los promotores de la enmienda.

El presidente de EEUU, George W. Bush, se ha pronunciado a favor de la enmienda, que considera "la única alternativa que queda" para mantener el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

En un discurso radial el pasado sábado, Bush afirmó que "dado que las familias transmiten los valores y forman el carácter, el matrimonio tradicional es también básico para la salud de la sociedad".

El texto derrotado ayer especificaba que el matrimonio constará "sólo de un hombre y una mujer".