Se dice que para realizar el diseño de este muscle car 100% americano no se desveló ningún secreto de estado. Aunque uno nunca sabe qué creer. Esta bestia indomable está impulsada por un motor de 7.000 c.c. con ocho cilindros en V, rematado por un descomunal sistema de sobrealimentación Whipple que le confieren 959 caballos de potencia, que se transfieren al tren trasero a través de una caja de cambios manual de seis velocidades fabricada artesanalmente. Además, su carrocería de fibra de carbono lo hace ligero y veloz. La envidia de James Bond.