La pirámide escalonada de Zoser, la más antigua de la historia, situada en Saqara, sureste de El Cairo, se salvará finalmente de las ruinas ante la maldición de la crisis financiera que se cierne sobre Egipto como consecuencia de la falta de turistas tras las revueltas del 25 de enero.

El Consejo Supremo de Antigüedades (CSA) de Egipto decidió ayer hacer un esfuerzo económico faraónico y continuar finalmente con la restauración de la pirámide escalonada, para protegerla de un posible derrumbe.

Según el CSA, un comité de expertos y responsables de la zona de Saqara visitó ayer la pirámide para examinar su situación, después de que algunos medios de comunicación advirtieran el sábado del peligro de que esta colosal tumba se desplome como consecuencia de la suspensión de las labores de restauración.

Tras la visita de este comité a la pirámide, el CSA decidió pedir a la compañía que se encargaba de la restauración, y que la abandonó por no haberle sido pagados sus honorarios, que reanude su trabajo hoy. La restauración de ese lugar se lleva a cabo desde hace cuatro años y estaba en su última etapa, en la rehabilitación de la cubierta del templo, cuando fue interrumpida.

La pirámide fue construida como tumba del faraón Zoser (2.650 años a.C) por el arquitecto y médico Imhotep, en la zona de Saqara, cuya área monumental cubre una extensión de siete kilómetros cuadrados. La milenaria construcción, que nunca ha sido abierta al público, es el monumento más popular de Saqara, la gran necrópolis de la que fuera la ciudad de Menfis, antigua capital de Egipto.

El secretario general del CSA, Mohamed abdel Maqsud, dijo que la situación de la pirámide de Zoser es estable y que, para hacer frente a la crisis financiera que afronta su departamento, se van a suspender proyectos de otros templos que no corran peligro. También se van a ahorrar ciertos gastos del CSA para que sea posible el pago de las deudas contraídas por la institución, añadió Abdel Maqsud.

Este experto afirmó que la falta de dinero se debe a que "después de la Revolución del 25 de Enero, la afluencia de turistas al país disminuyó seriamente y, por tanto, los ingresos de los sitios arqueológicos bajaron".

El deterioro del monumento se debió a efectos climáticos, de medio ambiente y aguas subterráneas, además de otras actividades del ser humano que también la han dañado.