Pere Sampol (Montuïri, 1951) dejará el escaño de senador tras las elecciones, porque "segundas partes no son buenas". Clausura una carrera que lo llevó a la vicepresidencia del Consell de Mallorca y del Govern. "No me retiro", pero trabajará "en la retaguardia" del PSM. Ocupará el último lugar de la lista electoral. Ha compendiado su labor senatorial en ´Espanya no té remei´.

–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Es usted responsable de la atomización de la izquierda?"

–No. El PSM se ha esforzado en aglutinar a la izquierda, pero en el Bloc no ha habido un comportamiento leal, con partidos que han querido promocionarse a costa de otros y cuya estrategia era sustituir al PSM.

–Sin Bloc no hay diputados ni concejales.

–Los sondeos nos dan mejores resultados en Cort que al anterior Bloc, con dos concejales y 27 mil votantes no decididos, mientras el PP bordea la mayoría absoluta. Vuelvo a ver el PSM de 1995, la militancia se moviliza.

–Lo mismo me dijo usted en 2003, y la izquierda perdió el poder.

–Una cosa somos nosotros y otra el PSOE, que está muy mal. El votante socialista de izquierdas está desolado, cuando ve que se aplican políticas económicas de la derecha más reaccionaria.

–Siento recordarle que ya nadie se acuerda del PSM.

–El PSM tiene un presente, con una buena imagen que le convierte en el segundo partido de la mayoría de mallorquines. La recuperación de las siglas será positiva.

–Su libro dice que ´Espanya no té remei´, ¿y Mallorca?

–Mientras vaya a remolque de España, tampoco. En Madrid he constatado que la transición fue un espejismo, porque la caverna ha copado los medios estatales y ha hecho virar al PP hacia la nostalgia del imperio perdido en el siglo XIX. Odian la diversidad y reniegan de ella. –Pasará a la historia como senador español.

–El PSM siempre ha jugado con las cartas que nos da la democracia. Me propuse llegar al Congreso y, de haberlo logrado, la hubiera armado porque el voto está carísimo y un escaño conlleva un potencial impresionante.

–Madrid ya sedujo a su amigo Puigcercós.

–No quedas seducido, sino cohibido por el aura de un ministro. Cuando me enfrenté a Solbes, me miraba como al alumno que se atreve a contestar al profesor. En Madrid he desmitificado el poder del Estado, me he rebelado con más fuerza contra la mediocridad, la vaciedad ideológica y el desconocimiento que he visto en cargos ministeriales.

–Solbes tenía miedo de pecar de socialista.

–Hablábamos en catalán y le dije que "nos tenéis que ayudar, o en Balears no saldremos adelante". Me contestó que "lo haremos, pero discretamente, no ha de notarse". Le repliqué que "precisamente ha de notarse". Con el tiempo comprendí que no estaba preocupado por el PP, sino por los suyos.

–Madrid trata a Balears mucho peor que a Cataluña.

–En términos económicos, sí. A nosotros nos quita el 14 por ciento del PIB, frente al diez de Cataluña.

–Hemos de independizarnos, pero ¿quiénes?

–La independencia política no existe hoy. Leía no hace mucho a Voltaire, "seguramente la democracia está pensada para países pequeños". Cuando la institución crece, se hace incontrolable y proliferan los corruptos. Contra las críticas a las autonomías, en Madrid he visto de cerca la gran corrupción, la de los Estados implicados en grandes contratos, en paraísos fiscales y en una política exterior indefendible.

–Ah, la vanidad de Pere Sampol.

–Puede ser mi aspecto, que me hace distante de entrada, pero soy más bien introvertido y muy sencillo, sin apego al dinero y fácil de conformar.

–Tal vez se refieren a la ambición.

–Cuando encabezas un proyecto has de aspirar al máximo, y claro que me hubiera gustado que mi lista me llevara a la presidencia del Govern.

–Denunció la corrupción del PP en los noventa.

–Dos cargos del PP me han recordado que denuncié el caso Cola Cao en el Parlament. También declaré voluntariamente en Operación Mapau, y el juez Antonio Montserrat, hoy miembro del Consejo General por el PP, calificó mi testimonio de "fantástico". Su auto empezaba, "Es inverosímil pensar que en el despacho del presidente del Govern..". ¿Sigue pensando lo mismo?

–¿Por qué Matas asustaba tanto a la izquierda?

–Tras perder el Govern estuve acomplejado dos años, pero yo siempre dije que Matas era más peligroso que Cañellas. Lo veía capaz de todo por alcanzar el poder, como se demostraría más adelante. El nuevo PP que encarna el exministro carece de ética y valores, el cañellismo era más humano.

–¿El PP de Matas ha mejorado sin él?

–Veo al PP sin ideales, se pronuncia según las encuestas. Es un instrumento de la caverna mediática y franquista, que predica el Alzamiento 24 horas al día.

–¿El 22 de mayo volveremos a la cantinela de que "Mallorca es de derechas"?

–Mallorca es de derechas y vota a la derecha, la izquierda nunca ha sido mayoritaria en el Parlament ni en el Consell. Los colectivos progresistas decepcionados por el Govern deberían recordar que los proyectos han tenido que consensuarse.