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Gente en la sombra

Miquel Vidal: "Soy un nostálgico, creo en un fútbol sala con federación propia"

"Llevo entrenando 35 años y mi ilusión sigue siendo la misma que al principio, disfrutar de mi deporte y compartir momentos y conocimientos"

El entrenador Miquel Vidal posa con balones de fútbol sala en la pista del pabellón de Galatzó (Calvià). J.V.

­­Es difícil, casi imposible, referirse al fútbol sala mallorquín sin citarlo. Lleva cuarenta años justos desempeñando distintas funciones dentro de esta modalidad deportiva. Primero como jugador, luego como entrenador, directivo, coordinador y, entre otros, seleccionador. Quienes le conocen aseguran que vive por y para el fútbol sala. Es Miquel Vidal (Palma, 1964), técnico y coordinador de la Escuela Técnica de Balompié Calvià.

—¿Entiende la vida sin el fútbol sala?

—Evidentemente no, pero no solo es que yo no entienda la vida sin el fútbol sala, es que mi familia tampoco la entendería. Ha sido un elemento que siempre ha estado presente, en mayor o menor grado, en nuestra vida. Lo único a lo que nunca me he dedicado es al arbitraje, lo considero una labor ingrata.

—¿El fútbol sala es fútbol en pequeño?

—No, lo considero un deporte diferente. En las etapas de formación los métodos y los aprendizajes son comunes, pero llega un momento en que cada una de las dos modalidades precisa de una especialización.

—¿Cuándo se dio cuenta de que le fascinaba?

—Hace muchos años, sobre 1976, con un programa que se llamaba ‘Torneo’, presentado por Daniel Vindel, fue cuando descubrí este apasionante deporte. En ese momento jugué mi primera competición oficial, era infantil, en el seno de la Federación de Fútbol, era la temporada 1976-77.

—Los que le conocen aseguran que usted es un ‘enfermo’ de este deporte.

—Lo considero una pasión, no una enfermedad; probablemente los que creen que de esto se puede estar enfermo, es que no se apasionan por nada. A mí me apasiona este deporte, en todas sus facetas.

—¿Cuenta con el mejor archivo del fútbol sala en Balears?

—Lo tenía, pero perdí toda la información al estropearse un disco duro en el que lo guardaba todo. Esto me ha obligado a ‘ponerme las pilas’, sobre todo en cuestiones de entrenamiento.

—¿Está todo descubierto en este deporte?

—La única forma de crecer y mantenerse al día es explorar nuevas vías, vivir nuevas experiencias, que te aportan nuevos aprendizajes que vas, en unos casos, añadiendo a los que ya tenías y, en otros casos, a cambiar tus métodos de trabajo por otros que crees más efectivos.

—¿Cómo ha cambiado el fútbol sala desde que usted empezó?

—Buff [resopla], ha cambiado todo. En unas cosas se ha mejorado, pero tal vez en otras añoramos tiempos pasados. Sigo siendo de los nostálgicos que creen en la independencia del fútbol sala, con una federación propia, gobernada por gente que ama este deporte. Pero la realidad es otra y en este hábitat nos tenemos que mover.

—De estar casi prohibidos (la problemática que hubo entre ambas federaciones) a ser ahora líderes de Primera División.

—Al final, la desinscripción de la FBFS por parte de los gobernantes de la extinta UM hizo que solo hubiera una alternativa, que es en la que ahora nos encontramos. Evidentemente, el éxito del Palma es fruto del trabajo básicamente de dos personas, también ‘enfermos de esto’, Miquel Jaume y José Antonio Tirado.

—¿El boom del futsal mallorquín obedece al buen momento del Palma?

—Es esencial, imprescindible; sin la realidad actual del Palma Futsal no se puede entender el auge de nuestro deporte hoy en día, sobre todo en Mallorca.

—Usted ahora está en el ETB Calvià, un club que crece temporada a temporada.

—Es un proyecto ilusionante. Pedro Nadal, otro ‘enfermo del futsal’, me propuso formar parte de su equipo de trabajo hace algo más de un año y aquí estamos, intentando dar un paso adelante y realizar un proyecto que sea un referente para la gente joven.

—¿Un buen futbolista tiene que haber pasado por el futbol sala?

—El mundo del fútbol sigue siendo muy reacio a la formación de los más pequeños a través del fútbol sala; en cambio, después ves cómo se dedican a realizar tareas en las etapas formativas con reducción de espacios y reducción de los participantes, para que la intensidad y grado de participación sea más elevado, que no es otra cosa que trasladar métodos del fútbol sala al fútbol 11. Sería muy importante que hasta cierta edad todos los chavales jugaran a fútbol sala, no solo por cuestiones técnicas, que es evidente que mejorarían, sino como mejora de la toma de decisiones.

—Tras casi 40 años entrenando, ¿qué le motiva o qué aspiración tiene?

—Llevo entrenando 35 años y mi ilusión sigue siendo la misma que al principio, disfrutar de mi deporte y compartir momentos y conocimientos con los que estén conmigo. Hoy por hoy me gustaría retirarme en el ETB Calvià, habiéndolo convertido en un referente del fútbol sala balear en el que, sin importar en la categoría que milite, a la mayoría de amantes de este deporte de nuestra comunidad les apeteciera formar parte de su proyecto.

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