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Leer, siempre

Ver el mundo a través de los libros

¿Todos los libros son susceptibles de poder cambiar el mundo? Leyendo literatura conseguimos viajar por placer sin movernos del sitio.

Ver el mundo a través de los libros

"Leer significa pensar con la cabeza de otro, en lugar de con la propia." Arthur Schopenhauer

En la vida, hay dos maneras de ver el mundo: una, únicamente a través de nuestros ojos; con una visión limitada, cerrada, sin perspectiva, sin empatía, sin aprendizaje, en la que únicamente veremos aquello que nosotros queramos ver. Pero existe otra manera de ver el mundo: a partir de una óptica distinta, la que nos regalan los escritores mediante sus libros, con cada una de sus palabras, con cada uno de sus versos€ Existen, por tanto, otros ojos desde los que observar: cada libro regala una nueva perspectiva detallada y diferente: multiplicidad de ojos y pieles, de labios y amores. ¿Cuántas vidas hemos vivido y cuántas podemos vivir? Los libros dan salida a esa necesidad de escapar que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida para recordarnos todo lo que podemos llegar a realizar. Y es que como dijo G. Raymond Richard Martin: "un lector vive mil vidas antes de morir, pero quien nunca lee sólo vive una."

"No hace falta quemar libros para destruir una cultura, basta con impedir que la gente los lea." Ray Bradbury

Sin embargo, la lectura no siempre ha sido considerada como algo positivo, sino todo lo contrario. Muchas veces se ha visto como algo peligroso: la lectura durante muchos siglos ha sido un privilegio al que no mucha gente tenía acceso. Para leer, debías tener algún título nobiliario o bien pertenecer al estamento eclesiástico, y por supuesto, era impensable encontrar un libro en manos de una mujer. Al fin y al cabo, la ignorancia es el mejor medio para la dominación de sociedades, creyentes ciegos que no encuentran otra alternativa vital que acatar las normas impuestas. Pero la lectura rompe este proceso: las palabras pueden ser una dosis de cambio y progreso, una bocanada de aire fresco a nuestras ideas oxidadas: el mundo necesita inconformistas que luchen por un futuro más libre, más cuerdo y más justo. Pero las ideas deben arraigar dentro de nuestras sienes, florecer en nuestro pensamiento y así aprender a empatizar con nuestro entorno: sentir sangre en las manos de un asesino y rabia en la piel de un torturado; necesitamos trasmutar y recordar lo complejo que es el todo y la importancia de cada uno de nosotros. Pero el inicio de todo el cambio reside en eso mismo: los libros.

Dicho esto, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿todos los libros son susceptibles de poder cambiar el mundo? La escritura de calidad es, como dijo Bolaño en el discurso de Caracas, "saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso (€) y aceptar esa evidencia". Es, precisamente, esta evidencia la que nos motiva en este artículo a anotar algunas de las fortunas que promueve la literatura de la mano de sus escritores.

"Los libros dotan de equipaje a quien los lee, sólo a quien los lee." Aurora Luque

Leyendo literatura conseguimos viajar por placer sin movernos del sitio. Son innumerables los libros que nos permiten desplazarnos en el tiempo y en el espacio sin necesidad de que éstos aborden explícitamente el apasionante mundo de los viajes, como es el caso de Julio Verne.

"En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida." Federico García Lorca

No es necesario remontarse a Julio Verne para entender la grandeza del arte de escribir. Hace noventa años, en nuestro país, un grupo de poetas jóvenes creadores, los poetas del 27, decidieron amar la vida con una libertad nunca antes vista ni ensayada: "La libertad no la tienen los que no tienen su sed" (Rafael Alberti). Y la vida, pletórica, se dejó traducir en poemas, -insolentes millares de poemas-, repletos de pasión y espíritu combativo: "La poesía no quiere adeptos, quiere amantes." Federico García Lorca). "Me marché con el puño cerrado€ Vuelvo con la mano abierta." Rafael Alberti.

La literatura y en concreto la poesía nos descubre nuevos matices del color y nos hace saber que los sentidos pueden ser más de seis. De la mano de poetas como Rubén Darío, trasciende el color como símbolo, llevado por él al máximo perfeccionamiento; logra con una sola palabra, iluminar toda la geografía poética. Válganos como testimonio, citar dos ejemplos seleccionados de su Diario de Italia: La mañana arde mansamente en su impecable azul; la isla de Capri da a las ondas, reflejos de venturinas estriadas en oro vivo.

"Te he llamado para anunciar la tristeza cayendo como carne quemada." Jim Mo­rrison

Asimismo, existen lecturas que nos obligan a reconsiderarlo todo: los contenidos, las formas y las superficies; nos enseñan a revisar las coordenadas rígidas y preestablecidas que ahogan la libertad del individuo; éstas aceptan escritos que representan la decadencia de nuestro entorno, toda una reforma moral para constatar que también se puede abarcar el horror y la oscuridad, sin tabúes; pues "siempre habrá dinero y putas y borrachos, hasta que caiga la última bomba, pero como dijo Dios, cruzándose de piernas: veo que he creado muchos poetas, pero muy poca poesía", recordaba un Bukowski mordaz.

"La lectura es para mí algo así como la barandilla para los balcones." Núria Espert

Así que no cabe duda, no hay mejor regalo que regalar un libro: una nueva vida. Porque leyendo a Lorca, nos ponemos en la piel de la mujer oprimida de la preguerra, en la piel del gitano o del homosexual; porque leyendo a Alberti nos sentimos como el exiliado que recuerda la mar de su patria; porque de la mano de Anna Karenina podemos adentrarnos en sus fríos palacios; perquè de la mà d´en Miquel Martí i Pol podem aprendre a estimar la vida amb optimisme. Estos regalos literarios se consiguen de una manera sencilla, sin complicaciones, sin cables. Los libros no necesitan cargar su batería o que sean reiniciados, por lo que siempre nos son fieles; nunca nos dejarán colgados. Sólo tenemos que abrirlos y empezaremos a disfrutar de sus enormes ventajas. Su complejidad reside precisamente en su sencillez. A pesar de que únicamente están construidos con hojas de papel, cada una de ellas es capaz de almacenar miles de bits de información. No hay mejor regalo que un libro, porque leer nos hará más grandes, más fuertes y más libres.

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