Diario de Mallorca

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Paseo de ronda

El obispo de Mallorca y el Gran Inquisidor

Marian y Vicenç Colom, celebrando el medio siglo de la librería.

Ser obispo de Mallorca es lo único que puede compensarle a uno por dejar de ser papa. Eso le pasó a Gil Sánchez Muñoz, que allá por el siglo XV dio su brazo a torcer para finiquitar el Cisma de Occidente y renunció como sumo pontífice de Aviñón (Clemente VIII) para hacerse cargo de esta diócesis. Para que se hagan una idea del personaje, su sombrero todavía pende del techo de la sala capitular de la catedral (así los canónigos le rendirían pleitesía a perpetuidad) y en el centro se encuentra su majestuoso sepulcro.

Otro personaje imponente de la Iglesia católica a finales de la Edad Media: Heinrich Institoris, inquisidor mayor en Colonia (Alemania) y autor del Malleus Maleficarum, o manual de perseguidores de brujas y herejes. El historiador del arte mallorquín Juan A. Rodríguez ha hecho de él el malo (malísimo) de su segunda novela, Prostibulum (Club Editor). Lo presentamos (él y un servidor) hoy jueves, 15 de septiembre, a las siete de la tarde, en el Club DIARIO de MALLORCA.

Paso unos días en Vigo, el San Francisco gallego: una ciudad en cuestas que descienden hacia la ría y de gentes generosas y cálidas. En Coruña, a donde me acerco por unas horas, los tebeos adquieren una vez más el protagonismo, en una nueva edición de su festival Viñetas desde o Atlántico.

El último día de agosto se nos llevó a Vicenç Colom Rosselló, fundador de la librería de este apellido en la Plaza de los Patines, una de las de referencia de Palma, que ahora dirige su hija Marian y que el pasado abril celebró su medio siglo de existencia. Estará disfrutando de la hermosa biblioteca de que, sin duda, deben disponer en el Paraíso.

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