Diario de Mallorca

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Historia

La memoria que nunca muere

Los voluntarios españoles al servicio de la Francia libre

Los reyes de España, inaugurando el Jardin des Combattants en París.

Al finalizar la Guerra Civil española, el exilio se distribuyó entre aquellos países que generosamente les abrieron sus puertas -caso de México y el general Cárdenas o la URSS- o aquellos en los que el propio exilio forzó esa apertura. Francia fue uno de estos últimos. De ahí que a todos los que traspasaban las fronteras, el gabinete de Daladier les ofreció los campos de internamiento, la Legión Extranjera o el regreso a España. Así, desde febrero de 1939 ya nos encontramos republicanos ingresando en unidades militares francesas. De esa fecha hasta el 10 de junio de 1940, podemos asegurar que todos los republicanos alistados en la Legión Extranjera o en los Regimientos de Marcha para Voluntarios Extranjeros lo habían hecho para huir de los campos de internamiento de Francia o del norte de África. Pero todo cambia cuando ese 10 de junio, Charles de Gaulle emite su mensaje por la BBC exhortando al pueblo francés a unirse a la Francia libre. Pero vayamos por partes.

La épica de los republicanos españoles por todos los frentes en la II Guerra Mundial, desde los bosques de Ucrania a las islas del Pacifico, pasando por el norte de África o las playas de Normandía, fue abordado en primer lugar por Antonio Vilanova, en 1969, en Los olvidados. Luego vendrían Los republicanos españoles en la II Guerra Mundial, en 1975 y con firma de Eduardo Pons Prades. Un estudio que siguió Secundino Serrano en 2006, con La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler.

En medio de esas fechas y hasta el día de hoy no han faltado estudios de historiadores y periodistas sobre esos hechos, pero ya más centrados en una faceta en concreto. Así, Evelyn Mesquida, en La Nueve (2008) se centró en la mítica compañía que penetró las líneas de la Wertmacht en Paris y anunció a la ciudad su próxima liberación. En el 2009, Joaquín Mañez Postigo abordó la investigación en Españoles en la Legión Extranjera, y dedicó un apartado al periodo de 1939 a 1945. Otros trabajos fueron aún más específicos, como los de Basilio Trilles y Rafael Torres, que se centraron en la figura de Amado Granell, el teniente de La Nueve en el momento de entrar en París, en El español de la foto en París y El hombre que liberó París, respectivamente. O los textos de Serapio Iniesta en su doble papel del legionario y escritor: París, aquel verano, Pie Negro, Flon-Flon, todos ellos en Bruguera a principios de los setenta. A ellos se han ido uniendo documentales, novelas, cómics o novelas gráficas y hasta libros autoeditados por familiares de los protagonistas para preservar su memoria.

Ahora se ha incorporado en las librerías La guerra continúa. Voluntarios españoles al servicio de la Francia libre (1940-1945), escrito por el historiador y profesor universitario Diego Gaspar Celaya. Su campo de estudio son los republicanos españoles que se unieron a las fuerzas militares francesas ante el llamamiento de De Gaulle; es decir, que se sumaron voluntariamente a la Francia libre frente al III Reich y al régimen de Vichy. El trabajo rellena un hueco importante en esa historiografía, pues no nos habla de su épica ni las batallas que libraron desde Bir-Hakeim a los desembarcos en Normandía o Provenza, hasta llegar a Berchtersgaden y el Nido del Águila. En realidad se centra en contestar la pregunta ¿quiénes eran esos hombres?

En primer lugar abordará la guerra de cifras en los diferentes tratados, para concluir con datos y archivos que la cifra se acerca a 55.000 en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y entre 16.000 y 6.000 los enrolados en la Legión Extranjera y en las diferentes unidades militares (excluidos de esta suma los republicanos enrolados en el Maquis y los de las FFI en París, que se les consideraba soldados de ocasión). A partir de aquí entrará en el estudio concreto de estos hombres de carne y hueso: su media de edad, donde el 44,5% se encontraba en el intervalo de 20 a 24 años; el 25% entre los 25 y 30; el resto se repartía entre menores de 20 o mayores de 30. Esta media de edad española será comparada a la de otros países, resultado ser los más jóvenes con una media de 26.6 años, frente a los belgas, 28.3, los polacos, 31.8, italianos, 29.8. Respecto a su origen geográfico coloca en cabeza a Andalucía con casi un 20%, seguida de Castilla la Nueva con un 13,56%. Respecto a su clasificación sociolaboral nos encontramos que ninguno provenía ni de la aristocracia ni de la burguesía, todos era trabajadores -que al final son los que salvan las patrias-, ya fuera del sector terciario -40,1%-, el secundario -34,5%- o el primario -25,4%-. Llama la atención a este respecto, que sólo un 6.78% fuera anteriormente militar profesional (p. 297). Gaspar Celaya incorpora a su pormenorizado estudio investigaciones muy atractivas: la cantidad y variedad de medallas conquistadas, los ascensos conseguidos y hasta las sanciones disciplinarias. A este estudio pormenorizado de esos voluntarios españoles en las fuerzas francesas, el autor suma los republicanos enrolados en unidades militares inglesas y que desembarcaron también en Normandía, agrupados en las Spanish Company, a las que les dedica todo un capítulo.

En conclusión: estamos ante un apasionante y necesario estudio de Diego Gaspar Celaya, que rellena un hueco en nuestra memoria y en las bibliotecas sobre el exilio combatiente.

DIEGO GASPAR CELAYA

La guerra continúa

MARCIAL PONS, 540 PÁGINAS, 28,50 €

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