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Cine

¡Oh brothers!

´¡Ave, César!´, el último estreno de los hermanos Coen, vuelve a poner a la singular pareja de hermanos frente a los focos. Han logrado, cosa que ocurre con pocos cineastas, que cada seguidor suyo compare y haga una clasificación personal de las más valoradas

George Clooney, en una secuencia de ´¡Ave, César!´.

La pista me la ha dado Gabriel Roth de slate.com y me he identificado inmediatamente con su enunciado. Dos preguntas existenciales.

Una. ¿Por qué? ¿Por qué los Coen incitan a clasificar sus películas? Hipótesis basada en indicios: Por una afortunada suma de coincidencias: 1) Arrancaron con fuerza desde su primer filme, Sangre fácil y superaron enseguida el escalón de artistas de culto pero minoritarios. 2) Son constantes sin llegar a prolíficos. No llevan el ritmo frenético de Woody Allen (película cada año) pero cada tres años más o menos presentan nueva criatura. 3) Alternan comedia y drama. Eso les permite evitar ser encasillados y no quemarse con un solo género. 4) No tienen un talento apabullante (como el de Orson Welles o Francis Coppola) pero son originales, tienen un estilo reconocible. Inteligentes porque jamás desprecian la inteligencia del espectador. Añadido de Roth: Tienen el mérito adicional, conocido y valorado por sus seguidores, de que trabajan en un equipo puro y (milagrosamente) bien avenido): escriben, dirigen, editan y producen sus películas. Y, como Woody Allen, mantienen a un puñado de colaboradores de extrema confianza, el director de fotografía Roger Deakins, el músico Carter Burwell, la responsable de casting Ellen Chenoweth€ 5) Sus picos, sus obras más alabadas, no son magistrales; las más ´espesas´ tampoco se pueden calificar de fallidas. 6) Consciente o inconscientemente (intuición mia), creo que siguen una máxima de Woody Allen: escriben y ruedan historias que les gustaría vivir.

Dos. ¿Qué? O mejor, cuál(es). Mi clasificación, personal y discutible.

1. Oh Brother! (2000). Adaptación de la Odisea de Homero clavada en el espíritu y totalmente disociada en la forma. La embarcación y las calas mediterráneas de hace dos milenios se convierten en tierra adentro del profundo sur estadounidense a principios del siglo XX. El navegante solitario, en un trío de presos fugados. El relato de un periplo aventurero, en una comedia hilarante con una banda sonora excelsa (I'm a man of constant sorrow lleva 16 millones de visitas en youtube) y un trio de actores (George Clooney, John Turturro, Tim Blake Nelson) desatados.

2. Fargo (1996). Parafraseando a Hannah Arendt, esta película muestra a la vez la banalidad del mal y del bien. Inspirada en un crimen real, esta comedia enfrenta la absoluta ausencia de neuronas de tres criminales (Steve Buscemi, William H. Macy y Stormare) y a uno de los agentes de policía más atípicos del cine (Frances McDormand). Mujer, encinta, flemática y marujona pero sin un pelo de tonta. Humor negro (¡la escena final!) sin regodearse en la sangre como Tarantino u otros.

En los escalones inferiores tengo dudas, así que resumo y agrupo, sin orden preconcebido:

Comedias. El gran Lebowski (1998). Uno de los colgados más simpáticos del cine reciente. Tan logrado el personaje (reforzado por la interpretación de Jeff Bridges), que hasta da ganas de ser/vivir como él. B) Arizona baby (1987). Además de original (el secuestro de un bebé por parte de una pareja estéril) y divertida, toca el tema de la obsesión por la presión por procrear, excesiva en algunos estratos sociales. Quemar después de leer (2008). Una historia de espías tan chapuceros como los criminales de Fargo. Y otro coro excepcional de actores, (Brad Pitt, George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, J. K. Simmons, Tilda Swinton) rendidos a la batuta de la pareja de hermanos. ¡Ave, César! (2015). Homenaje cómico al gremio, en línea de El juego de Hollywood, S.O.B. y un largo etcétera. Y fustigazo, nunca redundante, al MacCarthismo.

Dramas. E) A propósito de Llewyn Davis (2013). Inane para algunos, tiene para mi el mérito de reivindicar la vocación de artistas (músicos folk en este caso) justitos de talento que lo intentan y lo siguen intentando. F) No es país para viejos (2007). El psicópata que puso en bandeja el Oscar a Javier Bardem está entre los criminales más escarrufantes de la historia del cine. G) Sangre fácil (1984). Opera prima contundente, con un par de escenas (la ventana, la tumba) que siguen impactando tanto como hace tres décadas.

La buena, la gran noticia, es que a pesar de los altibajos, los Coen no dan muestras de flaqueza. No son previsibles, mantienen la curiosidad intelectual, evitan vivir de las rentas repitiendo fórmulas, arriesgan, mantienen un reconocible estilo... Por eso los mejores actores firman con los ojos cerrados cuando son elegido. Por eso sus seguidores acudimos al cine con los ojos bien abiertos ante cada estreno.

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