Jane Austen (1775-1817) es una autora fundamental en el desarrollo de la literatura inglesa y de la narrativa universal. Escribió, entre otras muchas obras, seis novelas que figuran en el canon literario anglosajón y, al morir, dejó una novela breve sin publicar, Lady Susan, y dos fragmentos de posibles novelas (The Watsons y Sanditon). Austen es reconocida por las frases iniciales de sus novelas, concisas e impregnadas de una ironía demoledora, como la de Orgullo y prejuicio (1813): "Es una verdad universalmente aceptada que un hombre soltero en posesión de una fortuna ha de necesitar una esposa". Así mismo, el hecho de que todas sus novelas hayan sido llevadas al cine con gran éxito convirtió a la autora en las últimos años en un referente literario relevante.
La crítica no fue, sin embargo, generosa con Austen; durante décadas se relegaron sus novelas aduciendo que ignoraban los graves problemas sociales que las guerras napoleónicas habían traído a Inglaterra en su época y se centraban en los absurdos problemas de las mujeres ociosas de la baja burguesía, tales como la búsqueda, a toda costa, de un marido, cuanto más rico mejor. Lady Susan y las hijas de los Watson, personajes de las obras traducidas y publicadas ahora por Alba Editorial, son buenos ejemplos de las circunstancias y las razones que obligaban a las mujeres a emplear su tiempo y toda la astucia de que eran capaces para encontrar un marido que las mantuviese a la muerte de su padre, puesto que ellas ni podían heredar ni tenían acceso a trabajos remunerados dignos. En Los Watson, Elizabeth piensa que tendrá que ganarse "la vida enseñando en una escuela (y no se me ocurre nada peor)".
Lady Susan es una novela epistolar, en cuyas 41 cartas se caracteriza magistralmente al personaje principal, la propia Lady Susan, que nos da la información necesaria para que entendamos su torcido proceder, que muestra sus muchos dobleces sociales en cartas contradictorias, según a quién vayan destinadas, y que nos permite percibir su estado de ánimo. Lady Susan es un personaje singular, a todas luces carente de escrúpulos, como lo demuestra que, a raíz de una discusión con uno de sus enamorados, dude "si castigarle rechazando su amistad algún tiempo después de nuestra reconciliación o casarme con él para atormentarle el resto de su vida".
Jane Austen utiliza su fina y certera ironía para denunciar la sociedad del momento, absolutamente ciega a los derechos de las mujeres, que permite y fomenta que éstas se tengan que exponer al ridículo y recurrir a la insensatez en un mercado matrimonial donde llevan todas las de perder, ya que si su primer movimiento no tiene el éxito esperado su honorabilidad queda en entredicho y se convierten "en el hazmerreir de los demás".
Al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, Mary Astell y Mary Wollstonecraft, entre otras muchas mujeres clarividentes e ilustradas que la precedieron, Jane Austen sostuvo que no se puede mantener a las mujeres en una minoría de edad legal y social, sin acceso al conocimiento ni a la educación, y pretender luego que sean personas de bien, de hecho y de derecho.
Las dos obras breves que se presentan ahora y las cinco novelas más conocidas de la autora constituyen un alegato formidable, literariamente impecable, de la ceguera del pensamiento contemporáneo dominante, aquel que pretende aún acallar la lógica de la razón con la etiqueta de "literatura de mujeres", lo que justifica su ignorancia sobre más de la mitad de las obras literarias, a las que, por si acaso, niega su valor. Pero Jane Austen fue una autora inteligente que con su talento dio al traste con etiquetas e insidias y cuya voz sigue oyéndose alto y claro doscientos años después.
JANE AUSTEN
Lady Susan
Los Watson
Traducción de Marta Salís
ALBA, 184 PÁGINAS, 16 €
