-"Esta desesperante esperanza es la que nos sostiene en las horas difíciles. Nuestros camaradas serán más pacientes que los verdugos y más numerosos que las balas". Podría haberse escrito el sábado, al día siguiente de que la barbarie dejase manchada de sangre las calles de París. Sin embargo, es una cita de las Cartas a un amigo alemán (La sangre de la libertad, La Linterna Sorda), redactada en 1943 por el argelino de origen menorquín Albert Camus, que por aquel entonces se jugaba el pescuezo publicando un periódico clandestino. He recordado también Casablanca, cuando el personaje de Paul Henreid les pide a los músicos del Rick´s Cafe, abarrotado de nazis, que toquen La Marsellesa. Y Humphrey Bogart, que físicamente se parecía bastante a Camus, les hace la seña de asentimiento de que sí, de que la toquen. La Marsellesa.
-El Premio Cervantes ha reconocido los méritos de Fernando del Paso, que en Noticias del Imperio noveló la extraña y trágica historia del emperador Maximiliano, un hermano de Francisco José al que tropas francesas y españolas impusieron en un efímero trono mexicano y que murió fusilado. Recuerdo haber visto algunos de los objetos del emperador, vaya usted a saber por qué vericuetos, en el antiguo Museu Diocesà, antes de su reforma, haciendo compañía al Drac de Na Coca.
-En el Teatre Municipal Catalina Valls de Palma (Passeig Mallorca, 9) tenemos este martes 24, a las seis de l tarde (la entrada es gratuita), una nueva sesión del ciclo La Transició: 40 anys, que forma parte del programa Cinema i actualitat de la Universitat de les Illes Balears. La película, de 1977, es Vota a Gundisalvo, de Pedro Lazaga, inspirada en un personaje creado por Antonio Mingote. Intervienen un montón de caras conocidas, de entonces y de después: Antonio Ferrandis, Emilio Gutiérrez Caba, Laly Soldevila, Tina Sainz, Yolanda Ríos, Ivonne Sentís, Silvia Tortosa La película quizás no sea una obra de arte, pero resulta curioso cuán vigente sigue siendo. Se hizo pensando en las primeras elecciones democráticas en cuarenta años, pero las triquiñuelas de la clase política nos siguen siendo familiares ahora, de nuevo con unos comicios a la vuelta de la esquina.
