No me refiero a este suplemento, sino al castillo homónimo, que el viernes acogió la primera de las sesiones del ciclo Els templers; història i misteri. El doctor en Historia Medieval y colaborador de estas páginas Jordi Maíz Chacón introdujo la película de Ridley Scott El reino de los cielos, ambientada en las Cruzadas y donde, todo hay que decirlo, los caballeros del Temple aparecen pintados con los tonos más desfavorables. Aún quedan dos sesiones: el viernes 9 de octubre Lluís Tudela Villalonga presentarà Arn, el caballero templario y el viernes 23 Antonio Ortega Villoslada Ivanhoe. Las dos sesiones, gratuitas, a las ocho de la tarde.
Otro ciclo es el que se ha iniciado esta semana en el Arxiu del Regne de Mallorca (calle Ramon Llull 3, Palma; al lado de Sant Francesc), coincidiendo con la exposición conmemorativa de los setecientos años del nacimiento de Jaume III que, hasta el próximo 15 de octubre, puede visitarse en ese mismo escenario. Arrancamos con El Decamerón de Pier Paolo Pasolini y una conferencia de Pau Cateura Bennàsser y continuaremos los próximos 21 y 28 de septiembre y 5 de octubre con las películas Braveheart, La conquista de Albania y Enrique V, respectivamente, y los 22 y 29 de septiembre y 6 de octubre con sendas intervenciones de Eusèbia Rayó, Lluís Tudela y Ricard Urgell en torno a la familia del olvidado rey mallorquín, la situación económica en su reinado y la administración de la época. En este caso a las siete de la tarde y también con carácter gratuito.
No se crean que la Edad Media queda tan lejos: dos efemérides de aquel entonces se disputan, a estas alturas, la condición de Diada de Mallorca. Personalmente, entre celebrar la jura por Jaume II de las libertades de sus súbditos, o el paso a cuchillo de los habitantes de Madina Mayurqa por las huestes de su padre, vamos, es que no me cabe la menor duda.
En el lapso entre el Bellver del 30 de julio y este primero de la nueva temporada nos han dejado unas cuantas personas del ámbito de las artes y las letras: Pascual Martínez, Climent Garau, Albert Schommer, Juan Benito Argüelles, entre otros. Permítanme homenajear muy especialmente a Daniel Rabinovich: busquen en la red sus intervenciones sobre Shakespeare o Esther Psícore, por ejemplo. Tuve el privilegio de aplaudir a Les Luthiers en un teatro de Buenos Aires y su sola existencia desmiente la condición de humoristas de la mayoría de los que se dicen tales.
