La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau tiene el don de ser valiente en lo que señala y en su acción política. Quizá peque un pelín al la hora de darle uso a la demagogia, siendo capaz de alinearse a veces en cosas muy sorprendentes. Recientemente ha tenido la buena idea de poner el nombre del grandísimo Pepe Rubianes a una calle de Barcelona, y en el momento de descubrir el nombre no se le ocurrió nada mejor que soltar que a Rubianes la hubiera gustado que su nombre sustituyese al de un facha. El facha en cuestión era el Almirante Cervera, un héroe de la guerra de Cuba que era liberal, o sea, de los izquierdosos de su época. La estupidez e ignorancia de Ada Colau se ve así de nuevo proyectada a la esfera de lo sobrenatural. Pobre Rubianes, que lo defiendan así.
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Los puntos sobre las uves