Hace ya unos cuantos años, no voy a decir la cifra exacta porque me hace mayor, recibí una llamada del responsable de prensa de Casa Real para hacerme saber que había publicado lo que hoy en día llamamos una fake-new (una noticia falsa, de esas que Donald Trump denuncia públicamente cuando no le conviene... aunque sean verdad). En la sección que yo tenía en este periódico en esa época, Me lo dijo Pérez, escribí que el por aquel entonces príncipe Felipe había pasado unas horas la noche anterior tomando copas -un gin tonic, específicamente- junto a varios amigos en una conocida discoteca de Palma. No recuerdo si nuestro actual Rey ya estaba comprometido con doña Letizia, creo recordar que sí, y de ahí que no sentara bien que yo dijese aquello. Se me sugirió que quien me había dado la información se había equivocado y que no era cierto. No hubo respuesta al otro lado de la línea tras mi contestación: "Mi fuente soy yo misma, que estaba allí". Eso sí, en ningún momento se me pidió rectificación ni recibí reprimenda alguna, pero sí me quedó claro con esa llamada qué imagen se quería dar del que sería futuro (y es en la actualidad) Jefe de Estado.
Rescato hoy esta anécdota de mis primeros pinitos en el periodismo de crónica social a raíz del ya comentado, visionado y hasta parodiado vídeo que Zarzuela nos ha hecho llegar a los medios de comunicación para celebrar los cincuenta cumpleaños del Rey; como entenderán, no iba a dejar de dar mi opinión al respecto teniendo en cuenta que gran parte de mi vida profesional se cimienta en torno a la Familia Real, de cuando estaban todos y no cabían en las escalinatas de Marivent, hasta el ahora, cuando las escalinatas de Marivent las vemos (los periodistas) poco, muy poco.
¿Qué pretendía Felipe VI y Letizia con ese vídeo? ¿Enseñar al mundo que son una familia de clase media normal, que llevan todas las mañanas a sus hijas al colegio, que comen juntos todos los días y que se apoyan en el trabajo? Pues ya les habrá quedado claro a estas alturas que todas sus pretensiones han caído en saco roto. Porque lo de mostrarse naturales, con las cámaras alrededor y siempre pendiente de la posición y los gestos hace que Gran Hermano sea un programa digno y factura excelente. Evidentemente, el trozo de casa que se muestra al pueblo no es donde viven los reyes y sus hijas. Ellos lo hacen en la parte superior de esa vivienda construida en el recinto de Zarzuela y a la que le sobra ornamenta por todas partes. Quienes han estado en el interior dicen que la planta (la Real), se parece más a todas las casas americanas que vemos en Tu casa a Juicio o en el programa de Comprar y Vender de los gemelos Scott, en Divinity, que a lo que se ha enseñado. Cocina americana, suelo de parqué y una decoración más minimalista, alejada del estilo Paradores y Patrimonio Nacional. Y por el amor de Dios€ ¿qué hace un oso Paddington en el recibidor?
Otro detalles que no sé por qué ha pasado desapercibido es la conversación que mantienen camino de la escuela de la princesa e infanta. Leonor tiene 12 años y ya se sabe la tabla periódica y sus valencias. ¿De verdad? ¿Qué programa educativo tienen en el colegio privado que pagamos todos? Porque que yo recuerde, no me enfrenté al Sodio, al Radio y al Estroncio hasta que no tenía 15 años. Y me sorprende porque mi tía, maestra de Primaria, ya me ha dicho que hasta la ESO, nada de nada. Así que ya lo sabemos: Leonor siempre irá un paso por delante. De todos modos, a mí quien más me ha gustado -y cada vez me gusta más- es la infanta Sofía. Tiene muy claro su papel de actriz secundaria y lo explota. Sus caras, su risa, sus conversaciones así, como quien no quiere la cosa€ realmente es la única natural en esos quince minutos de metraje que no pasarán a la historia de España. ¡Menos mal!
Y por si nos habíamos quedado con ganas, más pomposidad en los fastos de imposición del Toisón de Oro a la heredera. No olvidaré jamás cuando la reina Letizia, en plena Copa del Rey de Vela -de las pocas veces que ha ido- dijo que sus hijas deberían gozar de la misma privacidad e intimidad que el resto de niños. "Señora, pero sus hijas no son iguales que las mías; para empezar tienen unas oportunidades y unos privilegios que la mayoría de nuestros pequeños no tendrán jamás", comentó una compañera. Letizia optó por no contestar porque sabía que aquella periodista tenía razón. Los niños son niños, y así debería ser. Pero si eres hija de rey has de entender que se debe renunciar a ciertas facetas. Privacidad si, pero no anonimato. La próxima vez que veamos a las pequeñas de la casa será en Pascua, en la Misa de Resurrección, en La Seu.
despedidas
Hemos empezado con un cumpleaños. Por cierto, felices 50, majestad, y vamos con más aniversarios, aunque esta vez tienen un sabor a despedida.
Algunos de los momentos que guardo de cuando comencé a trabajar tuvieron a Maria Llabrés como protagonista. 19 años como secretaria de dirección de DIARIO de MALLORCA dan para mucho. Para los buenos y los malos momentos, para los cambios, para la estabilidad€ en todos ellos, ella siempre ha tenido una sonrisa o ha restado dramatismo. En ocasiones le ha tocado jugar el papel de poli mala, cuando pensabas que te estaba quitando un día de libranza o regateando un festivo, pero siempre era tu agenda. En su Excel lo tenía todo apuntado: Los flecos, las vacaciones, el kilometraje, las fotografías, los cumpleaños€ Por eso, buena parte de la redacción de este periódico quiso homenajearla como se merece. Una cena en la que hubo muchos momentos emocionantes y que contó con palabras de la directora María Ferrer, del director general de Gestión en Balears, José Manuel Atiénzar y de la propia homenajeada. Allí estuvo la sección al completo de Sucesos: Lorenzo Marina, Marcos Ollés, Benji Palau y Xavi Peris; fotógrafos como Guillem Bosch; redactores de Mallorca como Virginia Eza o Mateu Ferrer, o una delegación de Deportes encabezada por Ricard Cabot y Sebastià Adrover. Talleres, administración, altos cargos y antiguos compañeros no se perdieron tampoco el evento. A Maria se la va a echar de menos un montón.
todo un emblema
No hay mayor satisfacción que, tras toda una vida laboral, lo que quede, más que los éxitos profesionales, sean las amistades, el reconocimiento, el cariño de los compañeros. Así le ha pasado a Maria Llabrés y así a nuestro siguiente protagonista, el doctor Toni Marcó. No sabemos si quedó alguien de "urgencias" en el hospital de Manacor durante la noche en la que se le ofreció una fiesta sorpresa en el restaurante HPC de Porto Colom, porque no faltó nadie en ese homenaje.
Y es que el que fuera pediatra en Son Dureta, para más tarde seguir su trabajo en el centro de Salud de Felanitx, para ascender a jefe de Servicio de Pediatría en el hospital de Manacor y convertirse, en este año, en doctor emérito, no se esperaba tal reconocimiento de sus colegas. Se le vio visiblemente emocionado y agradecido. Como decimos, no faltó nadie. Estuvieron, por ejemplo, las doctoras Jiménez, Beibrech, Alemany, Juan, Riera, Yeste, Pizón, Bandiera y Pont; los doctores Nadal, Calvo, Figuerola, del Valle, Femenías, Olga y Marta, del equipo de Atención al Cliente o la gerente de Manacor, Catalina Vadell.
Eso sí, hay que decir que el doctor Marcó se retira, pero no del todo, pues seguirá pasando consulta en un centro privado.. ¡Toda la suerte!
con sello de autor
Jean Marie del Moral se enamoró de Mallorca gracias a las matanzas. Sí, las matanzas que cada 20 de noviembre, fecha de la muerte de Franco, celebra Miquel Barceló en su casa de Felanitx. El fotógrafo catalán pero afincado desde pequeño en París, descubrió la isla de la mano del artista mallorquín y de amigos con Biel Mesquida, Philippe Salvà y otros tantos, y decidió hacer las maletas y mudarse a la isla. "Me gusta todo. Su luz, su entorno, el ambiente, la gente...", dice este hijo de exiliados españoles que lleva 40 años investigando la relación entre los artistas y su lugar de creación, su taller.
Del Moral y sus fotografías son los protagonistas del 14 aniversario del museo Es Baluard que reunió en su fiesta a medio millar de personas de diversos sectores de la política, empresa, cultura y sociedad balear. Nosotros tuvimos la suerte de reencontrarnos con amigos como Laura Calvo, de la Flor de Sal de Es Trenc, o la deliciosa Tania Baides. Coincidimos con Anuska Menéndez, Dolores Sampol, Susy Gómez, Juan Antonio Horrach, Sento de Cecilio, Gudi Moragues o Luisa Verd, por citar sólo unos pocos nombres.
Y MÁS ARTE
Acabamos esta semana con dos recomendaciones culturales y una lectura curiosa. No pueden dejar de visitar en la Galeria Maior la exposición Contradictio de Marta Blasco, una artista que invoca la potencia de lo femenino en cada una de sus obras; y en Rialto Living, hasta el 12 de febrero, se exhibe Art per a la vida-2, un proyecto artístico y solidario patrocinado por Projecte Home.
Y si sienten curiosidad por saber cómo se hacían los anuncios publicitarios hace un siglo, su libro es el firmado por Sergio Rodríguez. Presentó su Comunicació publicitària a les Balears en CaixaFòrum ante un auditorio entregado. La obra es una verdadera joya visual, como así lo apreciaron Alejandro Macià, Marga Coll, Luis Martí, Santiago Stankovic, Cati Ferrer y Toni Contreras, entre otros muchos.
