—¿Qué tal, don Baltasar?
—¿Qué pasa? ¿Que han declarado alguna república por aquí?
—No, por aquí no...
—Pues no me prive del tratamiento y llámeme Majestad, que me mola más. Sobre todo si es un blanquito el que me lo dice.
—Majestad, aquí no somos racistas...
—Ya sé. Y tampoco son ustedes machistas, por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas.
—En serio, que no somos racistas...
—Claro, se ve por cómo adoran ustedes a los gitanos...
—¡Y tampoco somos machistas!
—Y por eso se cargan ustedes a sesenta mujeres cada año sin que pase absolutamente nada.
—¿Los regalos que traen ustedes a los políticos están sujetos a secreto profesional...?
—Son políticos. Es todo público. Además, ahora se ha puesto de moda que los del Govern de aquí no puedan recibir regalos, pero no se lo crea.
—Que no, que no los reciben...
—Las colonias las devuelven, pero los viajecitos se los quedan. Para tontos ya están ustedes.
—¿Qué le han traído, por ejemplo, a Biel Company?
—¿Y ese quién es? No le conoce nadie.
—El presidente del PP de aquí...
—¡Ah, sí! A ese le hemos traído un manual de autoayuda, a ver si le reforzamos la autoestima y se atreve a hablar en los plenos de una vez.
—¿A Bel Busquets?
—A esa no le hemos traído ningún manual para reforzar su autoestima. Más bien tendríamos que haber traído uno para tratar de bajársela.
—¿A Xavier Pericay?
—Pericay... Pericay... En la tablet me sale un tal Javier, con jota.
—¡Ese!
—Nos pidió un matasuegras y se lo hemos traído. Lo quería para burlarse de los dos de antes.
—¿A Biel Barceló?
—Una capa de invisibilidad. Quiere que no se le vea. Al parecer ha tenido algún contratiempo vergonzoso.
—¿A Jaume Font?
—Una capa de visibilidad. Ése lo que quiere es que se le vea, pero nada. Y eso que es muy milagrero, ni se imagina lo que hacía con los muertos de su pueblo.
—Finalmente, ¿qué le han traído a Francina Armengol?
—Ha sido buena y no le hemos traído nada.
—¿¿Nada??
—Es que no nos ha pedido nada. Lleva años sin pedir nada. Creo que lo que quiere es quedarse como está. En el chollo.
