-¿Qué tal, don Tommy?
-Pues no sé, pero muchas gracias por recordarme mi nombre.
-¿Desde cuándo está pasando sus vacaciones en Mallorca?
-¿Mallorca? ¿Se llama Mallorca?
-Sí, claro. ¿Desde cuándo está usted con nosotros?
-A ver, según el brazalete que me pusieron anoche en la discoteca debo llevar aquí un día porque sólo llevo uno.
-Cuénteme su experiencia...
-Pues mire, me paso el año trabajando y estas vacaciones eran muy baratas. Experiencia no tengo demasiada porque en Punta Ballena la experiencia no cuenta demasiado.
-¿Qué tal el hotel?
-Muy bien. Me han dado una habitación con muy buenas vistas a la piscina. Esta mañana temprano, después de volver de la juerga me he tirado al agua desde el balcón y la verdad es que te quedas como nuevo.
-¿Cómo fue el viaje desde su país?
-Alucinante. Todos bebiendo y bailando metiéndole mano a las azafatas. Un servicio extraordinario.
-Algunas personas, aquí en Mallorca, estamos contra el turismo de borrachera.
-Yo también. No toleraría en absoluto que los turistas llegasen a mi país a montar escándalos y a beber como desequilibrados.
-Pero eso es, precisamente, lo que hacen ustedes...
-Esto es Mallorca, según me dice usted, y a mí me dijeron que en Mallorca lo aguantan ustedes todo. Aquí sí se puede.
-¿Que lo aguantamos todo?
-Bueno, no me dijeron exactamente eso, pero nosotros cuando venimos nos da igual si ustedes aguantan o no. De hecho me estoy enterando en este momento de que en Mallorca, o como se llame, hay personas que viven todo el año. Ustedes los italianos son muy amables, eso sí.
-Esto no es Italia.
-No nos vamos a perder en los detalles.
-¿Cuántos vasos de bebidas alcohólicas ha bebido hoy?
-¿Vasos? Ninguno. Aquí bebemos en cubo y con pajita.
-¿Ha participado usted en peleas?
-A juzgar por los hematomas que tengo en la cara, sí. Pero es que si vas de vacaciones y no te peleas con nadie, eso no son ni vacaciones ni nada.
-¿Y no tiene usted intención de conocer un poco la isla?
-Ah, ¿esto es una isla?
-No sé, para conocer otras culturas.
-Nos han dicho que en El Arenal hay alemanes. Estábamos pensando en ir a darles una lección, sí.
-¿Cree usted posible repetir sus vacaciones aquí?
-Repetirlas no lo sé, porque me tendría que acordar de lo que he hecho. Pero sí, no sé, igual repito aquí, en Canarias.