En el Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, Joan Mesquida tuvo bajo su mando las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado. El suyo fue un control unificado: estaba al frente de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Su estrecha relación con el que entonces era el número dos del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirió a Mesquida una responsabilidad que le permitió conocer con escasas o ninguna cortapisa el magma del terrorismo islamista. Ahora, al margen de la actividad pública, sigue analizando lo que sucede, anticipando posibles escenarios, algunos realmente inquietantes.
Comenta, al preguntarle por la operación antiyihadista recientemente desencadena da en Mallorca, que desde mucho años atrás se viene dando el fenómeno del terrorismo islamista, que, y eso es lo preocupante, tiende a ir a más, a agudizarse progresivamente. "Estamos en una situación -comenta- en la que tenemos que hacernos a la idea de que el terrorismo islamista se incrementará o, al menos, lo intentará, porque se basa en una idea simplificada al máximo, pero realmente muy efectiva: Occidente es el Gran Satán, al que hay que combatir en nombre de Alá". "Cuando simplificas al máximo una idea como la descrita el resultado es el de que se expande con una fuerza brutal, a la que hay que frenar, por complicado que resulte hacerlo", añade.
Joan Mesquida aduce que no hace falta disponer de una "gran inteligencia" para preparar atentados masivos, con los que se intenta hacer daño al mayor número de personas posible, para seguidamente plantear una alternativa futura sumamente inquietante: "En algún momento los terroristas tendrán acceso a armamento de destrucción masiva". Argumenta su desasosegante afirmación señalando que Pakistán, "cuna de muchos de los movimientos terroristas islamistas, posee un arsenal nuclear", armas atómicas que le sitúan, junto con China, India, Francia e Israel, entre las naciones que, tras Estados Unidos y Rusia, disponen de los mayores continentes de cabezas nucleares con sus correspondientes misiles de largo alcance.
Al preguntarle si España es uno de los principales objetivos del terrorismo yihadista dice que lo es "y de primera magnitud", puesto que, no en balde, reclaman como propias Andalucía, Ceuta y Melilla. "No nos podemos olvidar de que en España tuvimos el 11-M, uno de los atentados más sangrientos que ha ejecutado el terrorismo islamista en el mundo," precisa.
¿Es Mallorca un objetivo para los terroristas? Joan Mesquida aclara que la "estrategia del cuchillo" se inició hace un año, que se ha divulgado a través de las redes sociales y que es muy fácil aprender, a través de ellas y de los vídeos, cómo se puede atentar contra una persona cortándole la yugular y seguir caminando por las calles de una ciudad. "La vida cotidiana es interrumpida por un terrorista en cualquier momento utilizando tan solo un cuchillo", afirma. "Se trata de llevar a cabo atentados de carácter estratégico, para lograr que todo el mundo tenga miedo, a eso es a lo que estamos expuestos", afirma.
Después de matizar que "hay cosas que no puedo contar", Mesquida dice que en Mallorca es necesario "extremar las precauciones", porque "el escenario de que unas zodiacs desembarquen en la playa de es Trenc y unos terroristas lleven a cabo una matanza similar a la que se perpetró en Túnez es plausible". Comenta que un coronel de la Guardia Civil le informó de que esa posibilidad es tenida en consideración por quienes están en la lucha contraterrorista. "Se me informó de que esas hipótesis se plantean precisamente para abortarlas si se llegan a materializar", aclara.
El ex director general de la Guardia Civil y la Policía Nacional enfatiza que no se trata de crear alarmismo injustificados, sino de estar alerta, de ser conscientes de que nos enfrentamos a una situación peliaguda para lo que se requiere disponer de mucha información, que es fundamental para evitar que se lleguen a cometer atentados. Insiste en afirmar que el terrorismo islamista va a ir a más, que es todo Occidente el que está amenazado por quienes han sido adoctrinados en el odio hacia todo lo que supone la civilización occidental. "Simplificar al máximo una idea como la que se les inocula a los terroristas -reitera- hace que ésta tenga una fuerza de expansión tan brutal que acaba por ser incontenible". "Es lo que estamos viviendo en la actualidad -prosigue-, y eso es lo que hace imprescindible estar preparados, extremar las medidas de seguridad, porque potencialmente somos un objetivo del terrorismo islamista".
Concluye reiterando que no se trata de crear alarmismo, de dar por supuesto que tendremos que padecer un atentado, pero sí de estar alerta para evitarlo. Lo que pudo suceder en Inca ha de servir de aviso para que nadie se confíe. Joan Mesquida insiste en que cualquiera, con un propósito definido, después de ser convenientemente aleccionado con videos o en las redes yihadistas, armado de un cuchillo, sabiendo cómo cortar la yugular de una persona, puede atentar en cualquier lugar originado una conmoción. "Para hacerlo no se requiere estar en posesión de una gran inteligencia", afirma una vez más.
