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Bordeando el Pisuerga, un río con olor a vino

Bordeando el Pisuerga, un río con olor a vino

En medio de la Ruta del Vino Cigales, dos corrientes de agua contribuyen a formar una de los recorridos más atractivos de la meseta castellana. Por un lado está el Canal de Castilla, un tesoro ilustrado y el hilo conductor de una estupenda iniciativa turística que vincula este rico patrimonio con la historia de Castilla y León y con el enoturismo. Mitad patrimonio, mitad paisaje, el Canal de Castilla constituye una auténtica sorpresa en el interior de esta Comunidad. Es una ambiciosa obra de ingeniería, iniciada a mediados del siglo XVIII y concluida un siglo después, fruto de la imaginación y el empeño de un puñado de ilustrados que pretendían dar salida al mar a los cereales de los campos de Castilla. Hoy en día, su uso para el regadío se complementa con el interés de visitantes y excursionistas por su oferta cultural.

Por su parte, el río Pisuerga, que hace realidad el viejo dicho: "El Pisuerga lleva el agua y el Duero la fama", coquetea durante su recorrido con el Canal de Castilla y también con la Autovía A-62 que une Burgos con Portugal. Este territorio al norte de Valladolid, con personalidad propia, un vergel atractivo desde el punto de vista medioambiental y turístico, posee innumerables recursos paisajísticos y naturales, que complementan una visita atractiva a la Ruta del Vino Cigales. Si la margen derecha de la autovía se caracteriza por viñedos, bodegas humildes y una historia vinculada a las bodegas tradicionales centenarias que apuestan por un vino de calidad bajo la D.O. Cigales, con rosados y tintos reconocidos a nivel nacional e internacional, la margen izquierda sorprende por innumerables rincones vinculados principalmente al río Pisuerga, que vertebra su valle con todos los municipios de la Ruta del Cigales.

En un recorrido lleno de meandros, un paisaje de campos y viñedos que enamoran, que hacen disfrutar del momento. El paisaje cambia constantemente, tanto en color como en sensaciones. El turista dispone de una oferta muy variada de actividades: pasear por los viñedos, las sirgas del Canal de Castilla, los cortados de Cabezón o las Riberas del Pisuerga constituyen una experiencia inolvidable. A pie, en bicicleta o a caballo... cualquiera de estos medios son recomendables para deleitarse de sus parajes y cultivar el arte de la fotografía. Hay diversas rutas de senderismo para poder recrearse de un paisaje vinculando el patrimonio natural con el histórico-cultural. Junto al río, en las riberas del Pisuerga, hay diversos Espacios Protegidos de la Red Natura 2000, como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), LIC (Lugares de Interés Comunitario) y ZEC (Zona de Especial Conservación).

Un paisaje cambiante

El paisaje cambia a cada momento, de la frondosidad de sus arboledas, sotos y bosquetes con álamos, fresnos, chopos, sauces y olmos se pasa a la aridez de los páramos. La frescura, verdor y frondosidad del bosque de ribera en sus orillas contrasta con un entorno de menos vegetación. Numerosos animales habitan en estos lugares, una amplia variedad de peces: truchas, barbos, carpas, cachos... y también colonias de garzas, ánades, mirlos acuáticos, martín pescador, garza real, cigüeña común... que se pueden observar en la ribera, pequeños mamíferos se refugian en la espesura de los sotos más cerrados.

Como queriendo deleitar con su presencia entre el Cerrato y los Montes Torozos, en Dueñas, el río Carrión se une el Pisuerga, que acompaña al Canal de Castilla, muestra un sinfín de aspectos que merecen la pena ser conocidos. Curiosamente el Murallón de Dueñas en el Canal de Castilla se construye debido a esta unión un kilómetro antes, que provocaba desbordamientos frecuentas e inundaciones de una tierra fértil. El coqueteo permanente entre el Canal de Castilla y el Río Pisuerga, íntimamente unidos, se refleja a la perfección en el Mirador del Pisuerga en Cigales, momento que casi se tocan en un impresionante meandro.

Junto al Pago de la Barca en Valoria la Buena, donde históricamente debió haber un paso para unir ambas márgenes, se halla la desembocadura del arroyo Madrazo, con las sendas de la Ribera y del Molino y Soto, un estupendo lugar para hacer senderismo. Más adelante se encuentran los impresionantes "Cortados" que comparten San Martín de Valvení y Cabezón de Pisuerga, pocos kilómetros antes de que nos encontremos con el Puente de Cabezón, monumento histórico y gran testigo del devenir de la historia, parte fundamental de la Cañada Real y camino que unía Valladolid y Burgos desde la época romana hasta mediados de siglo XX. El río es navegable a nivel deportivo en este punto y junto a las sendas es un recurso turístico de primera fila para disfrutar del bello paisaje con tranquilidad y esmero. Precisamente en las faldas del Cerro Altamira, bello mirador, que albergaba la fortaleza en la Edad Media de Cabezón, junto al telégrafo óptico del siglo XIX, que servía para vincular las señales entre los de la Cuesta de la Maruquesa en Valladolid y el de Dueñas, se encuentra el Parque Histórico del Pisuerga en Santovenia de Pisuerga, que es el último reducto dedicado a este río antes que abandone el Valle del Pisuerga y se pasee por la capital de Castilla y León.

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