El municipio de Santa Maria del Camí valora sus raíces, siempre mirando al futuro. No es de extrañar que se trate de una tierra de viñedos y, por ello, el pueblo pueda presumir de una destacada trayectoria vinícola. Este arraigamiento y devoción por la tierra también se manifiestan estéticamente en casas como la que presentamos hoy.
Nos encontramos en una edificación de 600 metros cuadrados, ubicada en un terreno de dos 'quarterades' y media, de marcado carácter rústico, que ha sido restaurada al detalle. Es un hogar cálido, con fachada de piedra, en el que la madera y los colores terrizos abundan en todas las estancias, donde también hay cabida para las paredes de estuco veneciano.
Las vigas vista y los suelos de barro, así como los dormitorios con entarimados antiguos (ubicados en la primera planta) y los muebles de madera maciza definen esta acogedora vivienda. Se compone de una casa principal dotada de una amplia entrada, salón-comedor, cocina y coladuría. El mobiliario seleccionado, mayoritariamente de madera, presume de falsas imperfecciones para dar una confortable sensación de calidez, que se acentúa en las horas más frías con el encendido de la chimenea y de la calefacción central de gasoil. Por otra parte, la planta superior cuenta con otras dependencias, concretamente cuatro dormitorios y tres baños, dos de los cuales están en suite. Para ahorrar energía, se ha dotado a la edificación de placas solares que suministran el agua caliente; mientras que los cerramientos son de madera con doble acristalamiento térmico.
Conectada a la casa principal se encuentra un apartamento independiente, que se conecta al edificio a través de un patio. De esta manera, los invitados pueden disfrutar con total comodidad de todas sus dependencias: salón, cocina, tres dormitorios y dos baños, además de un jardín privado con jacuzzi.
En el exterior, abundan los árboles frutales y hay terreno para dedicar a la huerta. También hay cabida para una gran piscina cuyo entarimado es de madera. Junto a ella, se encuentra una veraniega y amplísima cocina cubierta, y un porxo cuyo techo se ha adornado como las sombrillas de playa, usando una planta común pero muy útil como es el 'carritx'. No falta tampoco una pista de tenis y un aparcamiento cubierto para tres coches.
