Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los puntos sobre las uves

Orinaré

Paseando mi soledad por las calles de Palma pisé una ñórdiga de perro. Mi disgusto tornó en alivio cuando minutos después pisé un moñigo de caballo „aunque su tamaño y consistencia me hicieron pensar que, quizá, fuera de un concejal del consistorio„. Afortunadamente iba yo resfriado, motivo por el que no tuve la oportunidad de apreciar la sinfonía de olores „seguramente nauseabundos„ con que nuestros excedentes expuestos nos deleitan.

Orinar en la calle está prohibido, pero ello no contribuiría apreciablemente a empeorar las cosas. Incluso puede que las mejoraran, habida cuenta del poder de arrastre que una buena micción puede ejercer sobre uno de los excedentes equinos o perrunos que sinfónicamente nos deleitan. Orinaré.

Compartir el artículo

stats