-¿Qué tal, don Paco?
-Don Francisco para usted, enseña del golferío balear.
-Estará orgulloso de haber inaugurado un edificio...
-¿Yo he inaugurado un edificio?
-Sí, hombre; el de la prisión de Estremera
-Ya me habían dicho que era usted muy gracioso.
-Su comparecencia en la Asamblea de Madrid ha sido sonada...
-Y eso que era por videoconferencia, que si llega a ser presencial le digo yo que le hago sonar la cara a más de uno.
-Sólo las personas importantes comparecen por videoconferencia; Bárcenas, usted...
-Sus halagos son un asco, la verdad.
-Se siente usted un incomprendido...
-Pues mire, pues sí. Años y años de gestión eficaz para que luego te discutan cuatro durillos que no van a ningún sitio.
-Pero hombre, por mucha gestión eficaz...
-…incentivos atípicos les llamaba yo.
-Ya, y como eran atípicos...
-¡Exacto! Como eran atípicos no había que declararlos.
-...a Hacienda
-Ni ha Hacienda ni a tu señora ni al mejor de tus amigos, que luego vete tú a saber. Mira Esperanza...
-¿Se refiere a la concejala?
-Sí. A esa. Que decía que era tan amiga mía, y ahora si me ha visto no se acuerda.
-¿Y de qué se tiene que acordar?
-De nada. Porque si ya le digo yo que no he hecho nada, imagínese ella que estaba por encima del bien y del mal.
-Anda que si al final le condenan a usted...
-A ver si entonces va a estar por debajo del bien y del mal.
-¿Se refiere usted a Esperanza Aguirre?
-No, me refiero al Rey de Francia.
-Marjaliza asegura cosas muy feas de usted...
-Ése debería, no ya estar besando por donde yo piso, sino besando por donde yo hago otras cosas…
-¿Qué cosas?
-Necesidades.
-O sea, que usted ni es un corrupto ni se ha enterado jamás de que nadie sea corrupto...
-A ver, que cuantos menos años me caigan mejor.
-Pues su amigo Marjaliza lo tiene claro...
-...mi amigo Marjaliza es un bocazas...
-...o sabe lo que le conviene...
-Yo sólo le digo una cosa. Con Marjaliza no ocurrirían estas cosas si viviéramos en Cefalú, en Corleone, en Catania o en Palermo. Mismamente.
-Estará orgulloso. Usted dio nombre a la trama púnica.
-Punica Granatum, un árbol precioso... como yo.
-¿Ya sabe a qué va a dedicar los próximos veinte años?
-No puedo contestarle sin ser escatológico.