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Desde Grecia

Doble Pascua

Doble Pascua

Hoy estrenamos mes, Mayo, y este año, aquí, en Grecia, celebramos el domingo de Pascua, cosas del calendario y de la luna. Como los ortodoxos siguen una variante del calendario Juliano pues en esta ocasión el primer domingo tras la luna llena que sigue al equinoccio vernal, el de primavera, caía en esa fecha tan tardía. Bueno, no sé si les ha quedado claro pero no me lio más en explicaciones, que luego no me queda espacio para nada. Total, resumiendo, que este año me toca doble ración de Pascua, o si prefieren Pascua doble que suena como a pasodoble, más festivo.

Les escribo ahora desde Ítaca, estoy sentado en una terraza frente al mar, el "ponto vinoso" que cantaba Homero. Hoy está tranquilo, parece un espejo, pero el martes por poco no me deja llegar. Soplaba de lo lindo, un "Maistro" fresco, el viento del noroeste dominante en el Jónico, y el ferry, un catamarán rápido, no las tenía todas consigo, no dimos media vuelta de milagro. Y digo milagro porque claro en plena Semana Santa, el barco lleno hasta la bandera, a ver quién es el bonito que le explica al personal que hay que volver a puerto. Seguramente, de no mediar la Pascua, el ferry no hubiera salido.

En Atenas, donde como siempre hice escala, ya se respiraba ese ambiente tan especial que precede a la Pascua ortodoxa. Las calles del centro, ya de por si animadas en tiempo normal, estaban a tope, mucho turista y mucho trajín, mucho bullicio. Las iglesias, puertas abiertas hasta bien entrada la noche, rebosaban de gente igual que el mercado central. La estación de autobuses de larga distancia, la Terminal A de Kifissou, parecía tomada por asalto, colas indisciplinadas frente a todos los mostradores y muchos nervios hasta hacerse con un billete. Atascos monumentales para salir de la capital, el éxodo Pascual en todo su esplendor. Para mi es la ceremonia del reencuentro, una sensación extraña, como de volver a casa tras el largo paréntesis invernal. El contraste entre París y estas "mis" islas perdidas del Jónico, es brutal. Es curioso y extraño, como una repentina toma de conciencia del paso del tiempo, cuantos años ya cumpliendo con este ritual. Pero no quiero perderme en reflexiones filosóficas, vamos al grano, vuelvo a la Pascua, a la fiesta.

Hoy seremos unos veinte en dar cuenta de un espectacular cordero asado, pero antes habremos cumplido con el tradicional paseo, como una romería de casa en casa, recorriendo el pueblo, saludando a los amigos, felicitando la Pascua, así lo quiere la tradición. Iremos probando, degustando, viendo quien pone el mejor vino, o quien ha preparado el "Kokoretsi" más sabroso, esa deliciosa brocheta con las entrañas nobles del cordero, el aperitivo/merienda de media mañana. Luego, una vez que pasemos a manteles ya no nos moveremos de la mesa hasta la noche.

Mañana lunes será un día raro, por una parte toca reposo, descanso tras la maratón gastronómica dominical, y por otra vuelve de nuevo la agitación, las maletas, las despedidas, el viaje de vuelta. Vuelta a la normalidad, al trabajo, a Atenas. Las islas se vacían de nuevo, Mayo es un mes de transición, todos se preparan para la temporada, para el verano, van abriendo los locales, el personal se va rodando, las expectativas son buenas aquí en el Jónico, lejos del drama de los refugiados en el Egeo. Por supuesto que todo el mundo es consciente de ese terrible problema, y una vez más se mira hacia Europa con desconfianza y con un cierto resquemor. Esa Europa altiva y distante, tan dura e implacable en el tema de la deuda, y tan poco solidaria ante esta tremenda situación que vive el país heleno.

Pero ya hablaremos de ello en otra ocasión, hoy es Domingo de Pascua y estamos de celebración así que me despido de ustedes con un cálido "Xronia Pola" & "Kalo Mina", Molts d´Anys y Buen Mes!!!

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