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Medio ambiente

El mar, el eterno olvidado (y II)

La investigación se convierte en pieza fundamental para intentar reducir la contaminación en los mares y océanos. Los plásticos biodegradables marcan la senda del futuro

El cangrejo americano posa elegantemente para el reportaje.

En los países desarrollados, el envasado de alimentos representa el 60 % de todos los envases, convirtiéndose en la principal causa generadora de residuos. En 2012, cada habitante de la Unión Europea generó 156,8 kg de residuos de envases. Esta cantidad varió entre los 45 kg por habitante en Bulgaria y 206,2 kg por habitante en Alemania. El 19 % de esos residuos corresponde a envases plásticos, con lo que cada habitante del grupo de los 28 generó 29,8 kg de residuos plásticos en un solo año. En total, se generaron 15,1 millones de toneladas de residuos de envases plásticos el pasado 2012.

A pesar de unas cada vez más estrictas normas de gestión de residuos, una parte no son correctamente gestionados y terminan en el mar. Así se puso de manifiesto en la valoración de la campaña de retirada de residuos marinos impulsada cada año por el Govern. Un servicio que el año pasado se extendió del 1 de mayo al 30 de septiembre. De todos los residuos recogidos el año pasado "las maderas y los plásticos supusieron un 48,39 % del total de la pasada campaña", aseguró Sebastià Sansó, director general de Educación Ambiental, Calidad Ambiental y Residuos, al terminar la temporada turística pasada. Y las toneladas recogidas en esos cinco meses, casi 110 toneladas, una cantidad de residuos jamás recogida anteriormente. Esta excepcionalidad se debió, fundamentalmente, a dos motivos: mayor tiempo dedicado a limpieza y unas buenas condiciones meteorológicas que favorecieron la entrada de plásticos en las playas y que estos floraran más.

La investigación, clave

Para reducir el número de plásticos que terminan en el mar y su perdurabilidad, se hace imprescindible explorar nuevos campos donde los plásticos biodegradables son fundamentales. Así, investigadores de la Universidad de Sevilla han dado un paso más en el desarrollo de bioplásticos a partir de los residuos de las fábricas transformadoras del cangrejo rojo americano, presente en el río Guadalquivir. Gracias al PCL, un polímero sintético biodegradable, han logrado mejorar las propiedades mecánicas de estos bioplásticos igualando, e incluso en ocasiones superando, las prestaciones que ofrecen los plásticos convencionales del mercado. Los materiales biodegradables obtenidos por estos expertos a partir del excedente de este crustáceo son, según apuntan las investigaciones, una alternativa real a los plásticos sintéticos como los basados en el polietileno de baja densidad. "Además hemos observado que la L-cisteína es un aminoácido puede ejercer de agente entrecruzante, desempeñando un papel crucial en la formación de nuevos enlaces a partir de la proteína del cangrejo rojo", explica el investigador de la Universidad de Sevilla Manuel Félix Ángel.

Actualmente España es el tercer productor mundial de cangrejo rojo americano después de Estados Unidos y China, lo que confiere aún más relevancia a estos estudios. "Nuestro objetivo es desarrollar un producto con mayor valor añadido que la harina del cangrejo que se comercializa en la actualidad, para ello hemos desarrollado emulsiones tipo mayonesa, geles alimentarios y bioplásticos", explican fuentes de la investigación.

A día de hoy, la carne del cangrejo rojo americano que vive en las marismas del Guadalquivir no se comercializa como producto alimenticio en España, aún teniendo un excelente perfil aminoacídico, sino que se transforma en un subproducto en forma de harina donde la proteína ha sido desnaturalizada y ha perdido mucha de su capacidad funcional. "Aunque se exporta una gran cantidad de este crustáceo a los países nórdicos, las fábricas procesadoras de crustáceos generan un importante volumen de residuos que no suelen emplearse con fines alimentarios y que nosotros aprovechamos", explican los investigadores.

El procesado se hace en tres etapas fundamentalmente. En primer lugar se rompen los enlaces naturales de la proteína, a continuación se reorganizan las cadenas de polímero para que haya nuevas interacciones y, por último, se forman nuevos enlaces mediante moldeo por inyección a pequeña escala en los laboratorios de la Universidad de Sevilla. Estos resultados se enmarcan dentro del proyecto de excelencia titulado Valorización de subproductos y residuos de la industria del cangrejo rojo en base a su contenido proteico, financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía y han sido publicados en la revista Journal of the Science of Food and Agriculture y Composites Part B Engineering.

Envases con bioplásticos

Tras más de cuatro años de investigación, el consorcio internacional del proyecto PHBOTTLE ha logrado el primer prototipo de envase a nivel mundial hecho con un material bioplástico, PHB (polihidroxibutirato), obtenido a partir de los restos orgánicos, principalmente azúcares, presentes en las aguas residuales de la industria de zumos. En concreto, se trata de una botella elaborada con polihidroxibutirato (PHB), un polímero producido mediante bioproducción (fermentación microbiana) en la que determinadas bacterias transforman los azúcares de las aguas residuales y sintetizan en su interior este tipo de bioplástico. Durante los procesos fermentativos realizados con las aguas residuales de la industria de zumo, se ha conseguido transformar hasta el 30 % de los azúcares contenidos en estos residuos en PHB. "En el mercado ya existen bioplásticos de PHB, pero es la primera vez que se obtiene a partir del azúcar de aguas residuales de la industria de zumos de frutas", aseguran desde AINIA Centro Tecnológico. Lograr este innovador envase ha sido posible por la aplicación de los últimos avances en biotecnología, tecnologías del envase, microencapsulación y compounding gracias a los que, además, se ha podido demostrar el valor de los residuos orgánicos de la propia industria de zumos como materia prima para producir envases para sus productos.

Los resultados del proyecto de I+D PHBOTTLE, financiado por la Unión Europea, se han presentado esta semana en Bruselas a nivel internacional, en una jornada internacional organizada por AINIA y la Asociación Europea de Zumos de Frutas (AIJN).

Envase con antioxidantes

El material bioplástico logrado contiene propiedades mejoradas, como antioxidantes, que permiten alargar la vida útil del zumo. En concreto, mediante la tecnología de microencapsulación, se han obtenido cápsulas con principios antioxidantes como es el limoneno, un compuesto activo presente en la corteza de la naranja que utiliza la misma industria generadora de las aguas residuales. Estas cápsulas se han incorporado al compuesto de PHB con el que se ha fabricado la botella final, para conseguir un envase activo en el que el agente antioxidante se va liberando poco a poco y retarda los procesos de oxidación del zumo envasado. Asimismo, para mejorar la resistencia y otras características mecánicas del material, se han utilizado otros residuos procedentes de la industria alimentaria. Concretamente la paja de arroz para la obtención de microfibras de celulosa con las que mejorar la rigidez del envase.

"El prototipo de botella de PHB obtenido se ha utilizado para envasar el zumo producido por la propia industria generadora de las aguas residuales, aportando así una solución innovadora e integral a los problemas de gestión de residuos y de impacto medioambiental de este sector", explican desde AINIA Centro Tecnológico. Una solución de futuro basada en la economía circular. Además, este bioplástico puede ser de aplicación en otros sectores industriales como la cosmética, oftalmología, calzado, componentes informáticos, farmacia o automoción.

Biodegradabilidad y compostaje

Los distintos ensayos realizados en este proyecto de I+D en cuanto a biodegradabilidad y compostabilidad han demostrado que, en las condiciones analizadas, el 60 % de la botella PHB obtenida se degrada en un período de nueve semanas, frente a los cerca de 100 años de media que requiere un envase realizado con plásticos convencionales derivados del petróleo. Asimismo, esta botella de PHB se puede descomponer en plantas de compostaje, produciendo compost y CO2.

Ecoembes

La Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y Ecoembes han llegado a un acuerdo de colaboración con el objetivo de combatir los residuos marinos y fomentar el empleo verde en nuestro país.

"Concienciados sobre la necesidad de desarrollar iniciativas que contribuyan al cuidado del ecosistema marino, ambas instituciones pondrán en marcha una convocatoria específica para proyectos relativos a basuras marinas, proyectos que podrán desarrollar actuaciones como la elaboración de estudios sobre el impacto de las basuras en el medio marino, así como acciones de voluntariado y de limpieza en diferentes playas del litoral español", explica Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes. El objetivo es contribuir a la eliminación de los efectos socioeconómicos que supone este fenómeno, así como la amenaza que significa tanto para la salud humana como para la fauna y flora marina.

En línea con el acuerdo suscrito en 2015 y que supuso el desarrollo del Programa Eco-recinnova dirigido a apoyar la creación y consolidación de empresas vinculadas a sectores económicos relacionados con el medio ambiente, este año Ecoembes participará en el Programa Empleaverde. "Se trata una iniciativa con la que se espera apoyar la creación de más de 7.000 puestos de trabajo, se ayudará a cerca de 10.000 trabajadores a mejorar su situación laboral y se crearán alrededor de 1.500 empresas y nuevas líneas de negocio vinculadas al medio ambiente", apuntan desde Ecoembes.

Para ello, Ecoembes y la Fundación Biodiversidad desarrollarán actuaciones de Innovación Social, a través de la puesta en marcha de proyectos innovadores dirigidos a mejorar la empleabilidad de las personas desempleadas y/o demandantes de empleo, a impulsar la activación de la población inactiva y a fomentar el emprendimiento en el ámbito de la prevención y el reciclaje. Por otro lado, y en el marco de la Red Emprendeverde de la Fundación Biodiversidad, se desarrollarán acciones que fomenten la creación de empresas en esta área de trabajo y nuevas líneas de negocio.

"Para nosotros es un motivo de satisfacción poder colaborar por segundo año consecutivo con la Fundación Biodiversidad en el cuidado del medio ambiente. Entre todos tenemos la obligación de poner nuestro granito de arena en materia de sostenibilidad, pero contribuyendo además al desarrollo del tejido socio-económico de nuestro país", asegura Óscar Martín.

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