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Historia

Un general mallorquín al servicio de Felipe V

El teniente general Gregorio Gual Pueyo, antepasado directo de la familia Gual de Torrella, es el bisabuelo de Pedro José Gual Escandón, quien ostentó la presidencia de la República de Venezuela

Un general mallorquín al servicio de Felipe V

El general Gregorio Gual y de Pueyo, nacido en 1670 en el seno de una familia perteneciente a la vieja aristocracia mallorquina -la que no requirió ser ennoblecida por los borbones que llegarían al trono de España cuatro décadas después de su alumbramiento- fue uno de los militares isleños que al dirimirse la sucesión a la corona española, al morir sin descendencia el último rey de la Casa de Austria, Carlos II, al que la endogamia había deteriorado lo indecible, se alineó con la causa de Felipe V, el primer rey de la Casa de Borbón. Su opción le posibilitó escalar hasta lo más alto en el escalafón, llegando a ostentar el grado de teniente general, participando en hechos de armas muy notables, entre otros el fallido asedio de la plaza de Gibraltar, que el Tratado de Utrecht convirtió en colonia británica.

El historiador Tomeu Caimari, un especialista del apasionante siglo XVIII español y mallorquín, ha indagado a fondo en la vida de Gregorio Gual, antepasado directo de la familia Gual de Torrella. Es con el capitán Toni uno de los militares más sobresalientes de su época; no es poco alcanzar el empleo de teniente general de los Reales Ejércitos y haber sido premiado, por sus servicios a la corona, con el cargo de comandante general interino del reino de Mallorca. Hijo de Agustín Gual y Suñer, jurado en jefe de Mallorca en los postreros años del siglo XVII, entre 1686 y 1695, y de Magdalena de Pueyo y Suñer, escogió la vida militar, mientras que sus dos hermanos, Mateo, el primogénito, que también abrazó la causa borbónica, muriendo en 1714, el año en el que se firmo el Tratado de Utrecht, estuvo detenido en Barcelona en el transcurso de la Guerra de Sucesión, debido a su fidelidad a Felipe V, y Juan, partidario del pretendiente austríaco, el archiduque Carlos, quien ostentó el cargo de oidor de la Real Audiencia durante el gobierno austracista de Mallorca.

Biografía familiar

La biografía familiar posibilita observar cómo Gregorio Gual, encaramado a lo más alto de la pirámide social de la Isla, tanto por cuna como por su opción política, pudo desenvolverse con facilidad en un mundo que empezaba a cambiar aceleradamente. Eran los años en los que la vieja estructura medieval, que con la Casa de Austria había sobrevivido apenas intocada, estaba a punto de naufragar ante la ideología centralizadora de la Casa de Borbón, que con Felipe V se disponía a aprobar los decretos de Nueva Planta, considerados por los nacionalistas como la puntilla al autogobierno deMallorca, mientras que desde otra óptica se estima que contribuyeron decisivamente a la modernización de la Isla.

Los conspiradores Manuel Gual „nieto de Gregorio„ y José María España.

Volvamos a nuestro hombre: Gregorio, ya metido de lleno en la vida militar, decidió contraer matrimonio con una viuda, Benita del Barco y Flores, quien había estado desposada con el vizconde de la Torre, Fabián de Cabrera y Vega. No está muy claro si se trató de un matrimonio de conveniencia o de que Gregoio, hombre dado a los amoríos, como después se constatará sobradamente, realmente se sintió atraído por la joven viuda, físicamente agraciada. Sea como fuere, lo cierto es que el matrimonio funcionó razonablemente, de acuerdo con los estándares de entonces. Tuvieron dos hijos. Uno de ellos, Pedro, muy longevo, ya que vino al mundo en 1722 y se fue de éste en 1814, llegó a ser alcalde de Ciutat. Pero Gregorio no era hombre de una sola mujer: mantuvo una ardorosa relación con otra joven. El resultado de sus amoríos fue el nacimiento de un hijo natural, Mateo Gual (1711-1778), al que nunca desamparó: también cursó la carrera militar alcanzando el empleo de coronel, siendo nombrado, en la colonia de lo que hoy es Venezuela, comandante del puerto de La Guaira y gobernador interino de la provincia de Nueva Andalucía.

Aquí conviene detenerse, puesto que el hijo ilegítimo -utilizando la terminología vigente hasta que se extinguió la dictadura franquista- tuvo dos siglos y medio después, a su vez, una amplia familia. Su nieto, Pedró José Gual Escandón, llegó a lo más alto del poder político: ostentó el cargo de presidente de la República de Venezuela, poco después de que se independizara de España. Otro nieto del hijo de Gregorio Gual, Manuel Gual Curtela, es considerado uno de los hérores de la independencia, compañero de armas del libertador, Simón Bolivar. Dos bisnietos de Gregorio Gual han desempeñado papeles decisivos en la vida política de Latinoamércia.

De lo que no se guarda constancia es de lo sucedido con la amante de Gregorio, la que iniciaría la saga americana de los Gual. Tampoco se sabe a ciencia cierta si fue la única mujer de su vida, al margen de su esposa, aunque se le suponen otras, porque no era Gregorio hombre de costumbres ordenadas y calmadas, sino más bien lo contrario.

Tercios de Cataluña

En el año 1690, todavía bajo el reinado de Carlos II el Hechizado, el último de los austrias, ingresa en los tercios de Cataluña para tan solo un años después pasar a servir en Nápoles. En el verano de 1692 se le ordena regresar a Mallorca para levantar a su costa, al ser poseedor de notable fortuna, una compañía de 115 hombres, lo que tuvo su recompensa: obtuvo el empleo de capitán. La carrera militar de Gregorio discurría rápida hacia la cima. Nuevamente es destinado al reino de Nápoles junto con la compañía que acababa de formar, para meses después pasar a Milán, donde fue agregado a los tercios de Saboya, con los que participó en la toma de la fortaleza de Momntferrato y al año siguiente, en 1696, con el siglo XVII a punto de expirar, en el ataque a Turín. Gregorio, no contento con las menciones que se le hacían por su comportamiento en la batalla, se ofrece voluntario para defender Valencia del Po, lo que hace con notable éxito. Tras servir en la defensa de Orán recibe en 1701 el nombramiento de gobernador de la plaza de Alcúdia. Para entonces, Gregorio Gual ya es un militar de renombre, conocido y apreciado entre sus compañeros de armas, puesto que a su linaje, imprescindible para subir en el escalafón (la excepción será el capitán Toni), suma la valentía.

Es el 25 de marzo de 1706 cuando Felipe V, en agradecimiento a la demostrada lealtad a su causa, lo nombra coronel de un regimiento de infantería, que, parcialmente, ha sido reclutado a su costa. En octubre de este año, al capitular la guarnición de Mallorca ante las tropas austríacas del archiduque Carlos, en plena Guerra de Sucesión, abandona Mallorca junto al virrey, el conde de la Alcúdia, dirigiéndose a Menorca, donde toma parte en la defensa del castillo de Maó, asediado por los austracistas sublevados, y en la batalla de Biniatap, acaecida el 5 de enero de 1707, en la que resulta herido. Consolidado el control borbónico de Menorca, zarpa de la isla para tomar parte en el asedio de Ciudad Rodrigo y en el posterior de Gibraltar, en 1710. Es ascendido a brigadier el 5 de junio de 1719 para tres años después confiársele el gobierno de la plaza de Tuy.

Nos situamos en noviembre de 1727: Gregorio Gual Pueyo es nombrado teniente del rey de la plaza de Longon y doce meses más tarde hereda el fideicomiso agnaticio sobre la posesión de los Gual de Talapí, en Sa Pobla, establecido por su hermano Mateo en 1713, así como el de Desmur, que su familia había heredado hacia finales del anterior siglo. 1732 es una fecha clave en la carrera militar de Gregorio, ya que en este año obtiene el empleo de mariscal de campo, lo que le es comunicado solemnemente el 4 de abril. Agregado a las Fuerzas Armadas del reino de Mallorca, en 1739 se le incluye entre los principales mandos encargados de planificar la expedición para recuperar Menorca, en manos británicas, por lo establecido en las cláusulas del Tratado de Utrecht, con el que finalizó la Guerra de Sucesión. La expedición no se llegó a materializar, pero Gregorio destacó como unos de los generales con mayor visión estratégica y táctica. Durante su estancia en Mallorca ocupó por tres veces con carácter interino la capitanía general. En las dos últimas ocasiones desempeñó el cargo ya con el empleo de teniente general, graduación obtenida el 2 de abril de 1741. Gregorio Gual y de Pueyo dejó de existir el 10 de diciembre de 1756 en su casa de Palma. Los funerales tuvieron una resonancia extraordinaria, no únicamente en Mallorca, sino en toda España, lo que se pudo constatar por la presencia de las jerarquías militares españolas y una representación de la realeza. A Gregorio se le agradecía la fidelidad a la causa de Felipe V reconociéndosele los méritos contraídos en las campañas militares en las que participó. Fue sepultado en el panteón familiar de la capilla de Santa Catalina de Siena del convento de Santo Domingo.

Presidente de Venezuela

El historiador Caimari destaca que junto a la figura de Gregorio Gual y de Pueyo, es imprescindible situar la de su hijo ilegítimo Mateo Miguel Tomás Gual Pueyo, puesto que un hijo de éste, Manuel, fue uno de los principales conspiradores contra el dominio español en Venezuela. Era un militar dotado de una gran cultura, dominaba diversos idiomas, entre ellos inglés y francés, y, además, destacaba como virtuoso del violín. Militó en el bando independentista al entrar en contacto con diversas sociedades secretas nacidas al calor de las ideas de la Revolución francesa de 1789. Tuvo una intervención fundamental en las reuniones en las que se preparó el plan conspirativo que desembocó en la guerra de la independencia, en los que Gual desempeñó el cargo de comandante militar del movimiento insurreccional y futuro presidente de la República que se quería establecer. Fue él quien diseñó la bandera que habría de adoptarse y los planes militares y políticos a implimentar en la Venezuela independizada de la corna española.

La posesión de Son Talapí, sobre la que los Gual tenían un fideicomiso.

Una delación hizo que las autoridades coloniales se trasladaran a la hacienda que poseía en Santa Lucía para apresarlo, trasladarlo a Caracas y someterlo a un consejo de guerra por traición, pero Gual, advertido de que había sido delatado y de que las tropas españolas iban a detenerlo, puso tierra de por medio, al igual que otro de los líderes de los independentistas, José María España. Ambos se encontraron en las montañas cercanas a Caracas pudiendo embarcar rumbo a Curazao, isla en la que fueron auxiliados por algunos amigos. Progresivamente, la situación de Gual se hizo más comprometida: los policías coloniales les seguían la pista. Espías al servicio de la corona española los sometían a una constante vigilancia, lo que hizo que Gual tuviera que cambiar de nombre, pasando a llamarse monsieur Bourdon. Ante la situación, optó por pasar a la isla Trinidad, donde murió en circunstancias que no se pudieron aclarar. La hipótesis de que fue víctima de un atentado ejecutado por sicarios comprados por las autoridades coloniales españolas nunca se ha descartado, aunque no se han hallado pruebas que permitan confirmarlo. Se cree que fue envenenado. Uno de sus hijos, José Ignacio Gual, fue el padre de Pedro José Gual Escandón, que si ostentó en plenitud la presidencia de la República. Con ello son dos los descendientes de Gregorio Gual de Pueyo, que obtuvieron la nominación para desempeñar la jefatura del Estado de la naciente República, un nieto y un bisnieto de la rama de su hijo natural, Mateo. La memoria de los Gual permanece muy viva en la Venezuela actual, sumida en el marasmo económico y político resultado de la gestión de las autoridades bolivarianas.

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