Don Pablo Iglesias tiene un don muy útil en política: sabe poner la música que todos bailan. Se presenta ante la prensa después de hablar con el Rey y convierte en anécdota la comparecencia real de los últimos dos candidatos, que eran los que iban a partir el bacalao. A la vista del negocio, Rajoy se asusta y se retira; y Pedrito Sánchez se ve tan desorientado que, incluso, se pasa media hora recibiendo consejos de la Sustituta de Munar. Susana Díaz, para la que Podemos es territorio de Lucifer, advierte a Sánchez de que con Pablo Iglesias ni a tomar el aperitivo; porque teme que, con los peligrosos venezolanos/iraníes, sus EREs pueden acabar dejándole el cotarro como una casa con el cuarto de baño atascado de caca. El baile está bien. Iglesias es un buen DJ.
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Los puntos sobre las uves