La doctrina Botín, al parecer, consiste en que si alguien delinque contra la Hacienda Pública, por ejemplo, no puede ser juzgado a no ser que le denuncie la Abogacía del Estado o la Fiscalía. En resumen, que si tú como contribuyente te sientes perjudicado, te fastidias porque no podrás hacer nada contra el que crees que ha robado tu pasta, que también es tuya. Esto es igual que si, por ejemplo, una persona con cáncer sólo pudiera ser diagnosticada y tratada por la medicina pública, de manera que estuviera prohibido que el cáncer fuese tratado por la medicina privada. O sea, ¿que tienes cáncer pero el médico público no te lo diagnostica?, te fastidias. Algo así de absurdo es.
Así son los juristas, y por eso se hacen llamar juristas... ¡qué importantes!
