Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reportaje

Centenario de la hidroaviación militar: un vuelo pionero

El 12 de diciembre de 1915, en la localidad murciana de Los Alcázares, tuvo lugar el primer vuelo de un hidroavión militar en España, un acto que se conmemoró en Pollença

El primer vuelo de un hidroavión, aeronave capaz de despegar y amerizar en una superficie de agua, tuvo lugar el 28 de marzo de 1910, cuando el francés Henri Fabre despegó y amerizó en una laguna de Martigues (sur de Francia) a los mandos del "Le Canard", modelo diseñado y construido por el propio piloto. Se iniciaba, entonces, el desarrollo de unas aeronaves que no necesitaban de las servidumbres derivadas de la operación en tierra, aunque, por otra parte, las condiciones del oleaje pudieran presentar una limitación. Con el tiempo los diseños se orientaron a dos tipos de hidroaviones: los que en lugar de tren de aterrizaje tenían flotadores y los que tenían la estructura inferior del fuselaje en forma de canoa para poder navegar. De entre estos últimos, si además tenían tren de aterrizaje para operar desde tierra, surgieron los aviones anfibios.

El 12 de diciembre de 1915, en la localidad murciana de Los Alcázares, tuvo lugar el primer vuelo de un hidroavión militar en España. El teniente de caballería Roberto White despegó, voló durante varios minutos y amerizó, de nuevo, en el Mar Menor a los mandos de un Curtiss JN-2. De este modo, la Base de Hidros de Los Alcázares es considerada como la cuna de la hidroaviación militar española y durante este año 2015 se han celebrado, y se siguen celebrando, diversos actos conmemorativos. Uno de ellos se enmarcaba en el III Splash-In Pollença, encuentro internacional de hidroaviones impulsado por el presidente de la Fundació Aeronàutica Mallorquina, Don Miguel Buades, que en esta ya su tercera edición, incluía, el pasado 2 de mayo, un vuelo de los hidroaviones participantes entre es Port de Pollença y Los Alcázares, lo que constituyó un precioso espectáculo para los aficionados a la aviación.

Pero la historia de la hidroaviación militar en España no puede entenderse sin la contribución de la Base de Hidros de Pollença, singular por haber operado desde ella todos los tipos de hidroaviones que han prestado servicio en nuestras fuerzas aéreas. En efecto, es a partir de mediados de los años 20 cuando comienzan a amerizar, en las bahías de Pollença y de Alcúdia, los primeros hidroaviones militares procedentes de Los Alcázares y San Javier, en vuelos de instrucción, hasta que, en 1935, se establece el primer destacamento permanente de la Aviación Militar formado por tres hidroaviones Dornier Wal. Estas aeronaves eran del mismo tipo que el emblemático W-12 / M-MWAL "Plus Ultra", protagonista del primero de los grandes vuelos de la aviación militar española, que se realizó en 1926 entre Palos de la Frontera y Buenos Aires, y por el que la Liga Internacional de Aviadores concedió el Trofeo Harmon, el más preciado premio aeronáutico de la época.

Guerra Civil

Durante nuestra Guerra Civil, hidroaviones de Los Alcázares e hidroaviones de Pollença prestaron servicio con cada uno de los bandos enfrentados y participaron, activamente, en la campaña del Mediterráneo.

Otro de los hidroaviones que han hecho historia en la Base de Hidros de Pollença es el Dornier Do-24T. Entraron en servicio en 1944, durante la II Guerra Mundial, y dotaron al Grupo de Reconocimiento Lejano del 51 Regimiento de Hidros, siendo los pioneros en salvamento aéreo, con la misión de rescatar a las tripulaciones de ambos bandos cuyos aviones, derribados o por accidente, cayeran en el mar.

En 1949, y como consecuencia del Acuerdo Hispano - Franco - Italiano para el Salvamento Aéreo en el Mediterráneo Occidental, se establecieron las bases de colaboración entre los servicios de salvamento aéreo de las tres naciones y se delimitaron las correspondientes áreas de responsabilidad. Los Do-24T, conocidos como los "Guardias Civiles" de Pollença por su esquema de pintura verde, tuvieron un papel destacado en misiones reales de salvamento y prestaron servicio, no sin dificultades por la falta de repuestos, durante 25 años, hasta que en 1969 se disolvió la Unidad, denominada en ese momento 804 Escuadrilla, con la baja en vuelo de los últimos aparatos.

En 1955 se creó oficialmente en España el Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), del que los hidros de Pollença fueron pioneros, y no sólo los Do-24T, sino también los Grumman SA-16A "Albatross", otro de los hidroaviones emblemáticos, que empezaron a recibirse el año anterior como consecuencia de los Acuerdos de Amistad, Defensa y Cooperación con los Estados Unidos. Hasta cinco aparatos estuvieron desplegados en la Base de Pollença hasta que, en 1959, fueron enviados a la Base Aérea de Son Sant Joan, para formar lo que llegaría a ser el 801 Escuadrón de Fuerzas Aéreas, el SAR de Palma.

Lucha contra el fuego

No cabe duda de que la misión de búsqueda y rescate ha sido, y sigue siendo, la seña de identidad del Ejército del Aire en Mallorca. Antes con hidroaviones y actualmente con helicópteros HD.19 Puma y aviones D.4 VIGMA, el SAR de Palma continúa realizando su misión con eficacia, allí donde es requerido, en su zona de responsabilidad asignada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) o en cualquier zona de operaciones que se le asigne.

Pero la historia de los hidroaviones en la Base de Pollença no finalizó con los Dornier Do-24T o con los Grumman "Albatross", sino que continúa con los destacamentos, durante los meses de verano, de los también emblemáticos "apagafuegos" asignados al 43 Grupo de Fuerzas Aéreas. Aviones anfibios Canadair CL-215T o Bombardier CL-415 están velando, durante la campaña contraincendios, para combatir cualquier incendio forestal que se produzca en nuestra querida isla, actuando con eficacia en las tareas de extinción, en coordinación con el resto de medios aéreos puestos a disposición del Instituto Balear de la Naturaleza, IBANAT. De este modo, el Ejército del Aire, como parte fundamental de la acción aérea del Estado, contribuye, no sólo a la seguridad de los ciudadanos, sino también a la protección de la naturaleza, combatiendo al fuego allá donde se produce.Es importante destacar que la capacidad anfibia de estos "apagafuegos" les permite, no sólo despegar y amerizar en el agua como al resto de hidroaviones, sino que es la que facilita la operación de toma de agua, de tal modo que, en menos de 10 segundos deslizándose sobre la superficie del mar, de un lago o de un pantano, se cargan entre 5.000 litros, los Canadair CL-215T, ó 6.000 litros agua, los Bombardier CL-415, que, posteriormente, son vertidos sobre los incendios a combatir.

Dornier Wal, Dornier Do-24T, Grumman "Albatross" y Canadair/Bombardier, misiones de búsqueda y rescate y de lucha contraincendios. En definitiva, servicio a la Nación. Y la historia de los hidroaviones militares en España continúa, 100 años después de ese primer vuelo que tuvo lugar en Los Alcázares y en los que la Base de Hidros de Pollença ha sido protagonista principal.

Compartir el artículo

stats