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Medio ambiente

La nueva última oportunidad

Las próximas semanas son decisivas para encontrar un nuevo compromiso, sustituto del Protocolo de Kioto - Los atentados de París marcan las negociaciones

Los coches ele?ctricos permiten reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Lluís Amengual

El consenso científico señala que el incremento significativo de emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de los últimos 150 años es, en gran medida, resultado de la acción del hombre y consecuencia de nuestro modelo de producción y consumo. "Ese incremento en el volumen de emisiones está generando un calentamiento global que, de no revertirse, tendrá efectos adversos sobre el clima, la producción de alimentos, el acceso al agua potable, la salud o la seguridad internacionales", asegura Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Acción por el Clima y Energía. Sin embargo, la Unión Europea no es la única que trabaja para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Naciones Unidas tiene diversas líneas de acción, desde hace más de veinte años, en la lucha contra el cambio climático a través de su Convención Marco sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto. Recientemente, la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible incluyó un objetivo específico sobre cambio climático.

El próximo lunes y hasta el 11 de diciembre, se celebrará la COP 21, en este caso en París, para buscar un nuevo documento de consenso que sea el sucesor del Protocolo de Kioto. "Es una oportunidad para responder a la exigencia social contra el cambio climático. El objetivo último de la Cumbre es que la temperatura global del planeta no se incremente más de 2ºC sobre los niveles preindustriales", asegura Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA). España participa en la negociación internacional de cambio climático en el marco de la Unión Europea (UE) y comparte sus objetivos y posición de liderazgo en esta materia. Así, la UE se ha fijado como objetivo vinculante reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 40% en 2030 con respecto a los niveles de 1990. "España apuesta por un acuerdo universal, vinculante y ambicioso. Un acuerdo justo y razonable que no sea un fin en sí mismo, sino un paso en la dirección correcta. Un acuerdo con visión a largo plazo que facilite una transición hacia un nuevo modelo productivo y de consumo bajo en carbono y respetuoso con el desarrollo sostenible", añade Tejerina.

Los antecedentes

Desde que se suscribió el Protocolo de Kioto, hace ya 18 años, el mundo ha ido tomando conciencia del desafío al que se enfrenta en la lucha contra el cambio climático. Los compromisos de Kioto los suscribieron 38 países, incluida la Unión Europea, que suponían apenas el 30% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Ahora, en la Conferencia del Clima de París (COP-21), más de 170 países, que significan más del 90% de las emisiones del planeta, ya han presentado sus compromisos.

"España tiene una posición muy activa en el marco de las negociaciones internacionales y acude a París con un compromiso muy claro que se alcanzó en octubre de 2014 por los jefes de Estado y de Gobierno europeos: el Marco 2030 sobre Clima y Energía", aseguran fuentes del MAGRAMA. Dicho acuerdo incluye tres grandes compromisos: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 40% sobre las emisiones de 1990; conseguir una participación de las energías renovables del 27% en el consumo final de la energía; y mejorar la eficiencia energética en un 27%. A día de hoy, la Unión Europea y sus 28 Estados miembros son los mayores proveedores de fondos para mitigar el cambio climático.

Iniciativas

Actualmente destacan dos iniciativas en las que participa España, de la mano de la presidencia francesa, para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático: la iniciativa 4X1000, cuyo objetivo es aumentar el contenido de carbono orgánico de los suelos; y el proyecto franco-luso-español de impulso del vehículo eléctrico.

Asimismo, próximamente el Gobierno presentará en París la iniciativa ´Un millón de compromisos por el clima´ que recoge la suma de los compromisos de ciudadanos, instituciones y empresas para luchar contra el cambio climático. "Todo suma, incluso las pequeñas acciones cotidianas, a la hora de reducir emisiones de gases de efecto invernadero", recalca la titular del MAGRAMA.

Estas iniciativas buscan cumplir con tres objetivos clave: dar una señal clara sobre la necesidad de abrir un proceso hacia la descarbonización de la economía; conseguir un acuerdo ambicioso, duradero y revisable; y alcanzar un sistema transparente para la rendición de cuentas y comprobar que los compromisos se materializan.

Algunas preguntas

1. ¿Qué significa para el mundo la Conferencia de París?

Este es uno de los acontecimientos más importantes del año, si no el más importante. Alcanzar un acuerdo mundial sobre el clima en París supondrá una importante señal para el mundo. En términos económicos, el Acuerdo de París contribuirá de forma significativa a acelerar la incorporación de las energías renovables y las tecnologías con bajas emisiones de carbono a nivel mundial.

Según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, la ejecución de las contribuciones ya aportadas por diferentes países significará 13,5 billones de dólares de inversiones en las energías renovables y la eficiencia energética en los próximos 15 años. Otro ejemplo: los nuevos objetivos chinos e indios por sí solos, cuando se apliquen, significarán una triplicación de la producción de energía renovable a escala mundial.

2. ¿En qué punto nos encontramos en el camino a París?

La prioridad es conseguir que el proyecto de texto surgido de la última sesión de negociación en Bonn (Alemania) resulte en un acuerdo y decisiones que se adecúen a los fines perseguidos y sean aptos para el futuro. Aún queda mucho trabajo por delante: el texto actual es demasiado largo y complejo, con demasiadas opciones.

Lo que está claro es que se necesita un acuerdo sólido que nos sitúe firmemente por la senda de nuestro objetivo de limitar el calentamiento global a un aumento de 2 °C. Eso no exime de las diferencias entre países en términos de capacidad y de su habilidad para participar. En la actualidad, 177 países que abarcan más del 95 % de las emisiones mundiales, han puesto sobre la mesa sus contribuciones previstas determinadas a nivel nacional, incluidos todos los países del G20.

3. ¿Qué significa el éxito en París?

Una cosa está clara: para ser creíble, el Acuerdo de París debe enviar una señal clara de la determinación de los gobiernos para reducir las emisiones de manera suficiente para mantener el aumento de temperatura por debajo del límite acordado del 2 °C para finales de siglo. Más allá de la reducción de las emisiones, el acuerdo deberá también ayudar a los países, en particular a los más vulnerables, a adaptarse a los impactos del cambio climático.

En 2014 se destinaron 14.500 millones de euros a ayudar a los países en desarrollo a luchar contra el cambio climático. Al menos 14.000 millones de euros, es decir, una media de 2 000 millones de euros anuales de subvenciones públicas con cargo al presupuesto de la UE, apoyarán a los países en desarrollo entre 2014 y 2020. El año pasado los países desarrollados movilizaron 62.000 millones de dólares en este aspecto.

La financiación será fundamental para la transición a una economía con bajas emisiones de carbono mundial. Por ello, no corresponde, por supuesto, solo a los gobiernos tomar medidas sino a toda la sociedad.

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