No se quiso conformar
con un modesto Mehari
pues se quería comprar
un Mercedes y un Ferrari;
y nos daba explicaciones
como su hermanito Oriol
demostrando la calaña
de la familia Pujol,
familia a quien los millones
el ánimo descontrola
como bien nos ha mostrado
doña Marta Ferrusola.
Los Pujol, familia unida
en conveniente silencio,
administran el legado
del abuelito Florencio.
Qué sensación da
que te quieran atrapar.
¡Es horrible!