Ahora que el calor ya empieza a aminorar, es buen momento para descubrir nuevos rincones en la Península a través de atractivas rutas ciclistas. Mar, montaña, pueblos, y ciudades entre los que elegir para hacer un poco de deporte y disfrutar de su belleza. Esta es una selección
Rodeados de agua en Parque Natural del Delta del Ebro
Uno de los espacios más bellos y adecuados para recorrer en bicicleta es el Parque Natural del Delta del Ebro, el humedal más importante de Cataluña y uno de los más importantes de Europa, se configura como un inmenso triángulo -casi una isla- rodeado de agua y unido a tierra firme por la que fue la antigua línea de costa. Un espacio en el que las barreras entre cielo y tierra, tierra y agua, agua dulce o salada, campos de cultivo o vegetación autóctona se confunden. El Delta ofrece a sus visitantes una amplia y variada gama de itinerarios para descubrir los lugares más interesantes, no solo en bicicleta, también a pie, en canoa o a caballo.
El inicio de la ruta empieza en Sant Carles de La Ràpita hasta la Casa de Fusta y de ahí rodear la Encanyissada. El primer tramo es por carril bici y pistas de tierra solitarias. En la Casa de Fusta está la sede del Centro de Información del Parque natural, el servicio de guía para recorrer el parque en bicicleta disfrutando de los rincones donde ver aves migratorias. El camino que va desde las quebradas del Canaletas hacia el Delta del Ebro es muy asequible para hacerlo en familia, ya que apenas hay desnivel y se puede descansar y ser remontados en multitud de sitios. Durante los primeros kilómetros se puede disfrutar de los campos de cultivo y de los naranjos mientras se pedalea de forma paralela al río Ebro. El segundo tramo conocido como Vía verde Terra Alta se puede superar sin muchas dificultades, pasando por el Santuario de Foncalada, quizá el tramo con más desnivel de todo el recorrido, y por túneles hasta llegar a la estación de Prat de Compte.
Un paseo por la costa de Comillas
La costa cántabra ofrece muchas posibilidades y variedad de terreno. Desde las más bonitas y recónditas playas a espectaculares subidas de corto kilometraje, de vistas sobrecogedoras, paisajes que entremezclan el verde y el azul del mar. En resumen, una maravilla al alcance de una bicicleta. Un recorrido precioso es la ruta entre Comillas y San Vicente de la Barquera, antes de empezar la ruta merece la pena visitar Comillas, ya que se trata de una de las localidades costeras más hermosas de Cantabria, lugar de interés no sólo natural, sino cultural: el Capricho de Gaudí, la Universidad Pontificia, el Cementerio de Comillas, etc, son un ejemplo.
Después de haber visitado Comillas la ruta comienza con el carril pintado de color rojo bajo los imponentes edificios de la Universidad Pontificia con dirección a Rubárcena, este es el punto más alto del carril-bici, que sigue prácticamente recto y siempre paralelo a la carretera, y a partir de aquí la bajada es suave y progresiva, entre un paisaje dominado por los prados camino de Ría de la Rabia, uno de los mejores humedales del Parque Natural de Oyambre, y la puerta de entrada al mismo. Si se dispone de tiempo merece la pena ver las espectaculares playas de Oyambre. Y de ahí, rumbo a San Vicente de la Barquera, donde merece la pena visitar su puerto marítimo y su bahía y contemplar su espectacular cambio de marea que deja varadas a gran número de embarcaciones y degustar en sus muchos restaurantes una mariscada. El itinerario se realiza a través de cómodas pistas forestales, carreteras secundarias y carril bici, lo que la convierte en una ruta muy fácil y adaptada a todos los niveles. A solo tres kilómetros de Comillas se encuentra Bungalows El Helguero, uno de los establecimientos más bellos para los amantes de la naturaleza para alojarse, antes de hacer la ruta, y aquí, no solo se disfruta de maravillosas rutas en bici, también se puede hacer senderismo, equitación, submarinismo, windsurf, pesca e, incluso, parapente.
