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La cata

Tinto Petit Som: con crianza y de cuatro uvas diferentes

Tinto Petit Som: con crianza y de cuatro uvas diferentes

La economía mallorquina, basada principalmente en la viña, cultivo que se remonta a la presencia de Roma en la isla, quedó truncada de golpe en 1891, al aparecer la devoradora Filoxera. Numerosos mallorquines tuvieron que emigrar a América, y en donde había cepas el lugar se cubrió de almendros. En el inicio de recuperar una mínima parte de las casi 30.000 hectáreas de viña, algunos apostaron por la uva de mesa. Con el tiempo, varias familias vinicultoras cambiaron de idea. Una de ellas, los Galmés i Ribot, con añejas raíces en Santa Margalida, decidieron plantar variedades para vinificar. Uno de sus frutos es el tinto Petit Som 2012, que reúne Callet, Gortgollassa y Fogoneu, con algo de Cabernet Sauvignon. Tuvo una crianza de un año en barricas de roble. Ofrece una tonalidad de cereza picota madura. Se captan aromas afrutados y especias en nariz. Es equilibrado con buen final.

Combina con carnes a la brasa, arroces y fideos de campo o criadillas. Probad con un queso de oveja de Teruel.

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