-¿Qué tal, don José Manuel?
-Pues aquí, a ver si me forro.
-Veinte años ocupando puestazos en política... ¿Es esto renovación?
-Bueno, me han dicho que en su tierra gobierna ahora una muchacha, que fue sustituta de otra que ahora está en la cárcel, que lleva ya lleva dieciséis años chupando del bote, pero que es trece años más joven que yo pero nunca ha hecho otra cosa que comer de la política...
-Bueno, en nuestro caso es que le apasiola la política...
-Y a mí también, toma. Y la pasta que da. Y la posición.
-¿No me estará usted diciendo que está en política para medrar?
-No sólo por eso. También estoy en política para velar por los ciudadanos siempre que ello no afecte a los intereses de los jefes reales
-¿Quiénes son esos?
-Qué tonto es usted, con lo despierto que parece.
-En el Reino Unido uno puede ir a una tienda y comprarse las placas solares que necesite e instalarlas en su casa para su autoconsumo, sin más...
-Los ingleses siempre tan originales. Hay que señalar que por cosas como ésa seguramente que perdieron su imperio. Con el poco sol que tiene esa pobre gente.
-¿Pero a qué atribuye usted esa diferencia?
-Probablemente los políticos británicos tengan prohibido entrar a formar parte de los consejos de administración de determinadas empresas benefactoras, honradas y maravillosas, después de ejercer sus cargos. Y digo probablemente porque es la única explicación técnica que se me ocurre.
-¿Técnica?
-Sí, es técnicamente imposible comprarse un avión privado sin entrar en esa rueda de chollos constante. Yo me lo estoy trabajando.
-Si yo tuviera un huerto con tomates, manzanas, peras, lechugas... ¿sería correcto que una cadena de supermercados me cobrase por no comprar en ella?
-Sería como para ir al supermercado con un revólver.
-Pues el decreto que acaba usted de sacar determina exactamente eso en el caso de que alguien ponga placas solares de autoconsumo eléctrico en su casa...
-No es lo mismo. No me va a comparar usted un tomate con un kilovatio.
-Ni a un supermercado con una eléctrica...
-Entrar en el consejo de administración de un supermercado no tiene ningún interés.
-¿Y en el de una empresa eléctrica?
-Cientos de miles de intereses, sin contar las dietas.
-O sea, que actúa usted por interés...
-Mi interés es tan legítimo como el de todo el país. ¿O no?
