Los vecinos de una finca de el Ensanche de Palma tenían un serio problema. Contaban con un aparcamiento comunitario subterráneo, pero no tenían vado. Durante años tuvieron en la puerta un cartel que alertaba de la salida de vehículos y rogaba que no se aparcase allí, pero se encontraron con un residente en la zona al que no se le convencía con buenas palabras. Si no había vado, él tenía todo el derecho del mundo a aparcar. Y tal como está de saturado el aparcamiento en esa zona, no está uno para tonterías. Los vecinos decidieron poner un vado, pero el Ayuntamiento se lo denegó porque las características del edificio no cumplían los requisitos. Solo sería posible si cambiaban la entrada al parking, una obra que resultaba complicada y cara.
Así que los vecinos tuvieron que tirar de imaginación y sortear los obstáculos de la burocracia por medio de un ejercicio de picaresca. Uno de los vecinos se ofreció a comprar dos coches a precio de saldo, y a tenerlos aparcados a los dos lados de la entrada del garaje, pero tan cerca uno del otro que no quepa ningún vehículo entre ellos. Así que la puerta del parking estaría siempre despejada€ a no ser que aparezca alguien con un Smart, que por ahora no ha pasado. El mismo vecino se encarga de mover los coches de forma periódica para evitar denuncias por abandono. Por lo demás, los dos vehículos cuentan con la ITV pasada, seguro y todos los requisitos en regla, que la comunidad de vecinos se encarga de sufragar a escote y a gusto.
Angustiosa nochevieja
Las últimas horas del año se vivieron con angustia en Artà. El día 31 de diciembre se dio aviso de la desaparición de un hombre en la zona de Betlem. Durante toda la tarde, efectivos de la Guardia Civil, los Bombers de Mallorca, la Policía Local de Artà y voluntarios de Protección Civil de Artà, Alcúdia, Escorca y Sóller rastrearon la zona sin éxito. Pero el nuevo año empezó con buenas noticias, ya que al día siguiente la víctima fue localizada con vida.
Peligrosa celebración
La Nochevieja tiene muchos peligros. Una mujer resultó alcanzada por un cohete durante la celebración en el Parc de la Mar, en Palma. Sufrió un traumatismo en una pierna y precisó asistencia médica. Además, la Policía Local tuvo que llamar al orden a unos vecinos de la calle Antoni Maura que lanzaban artefactos pirotécnicos desde un ático.
Donde las dan...
Un trabajador de los juzgados de Vía Alemania decidió gastarle una inocentada a otro el 28 de diciembre. Escondió la valiosa bicicleta que tenía aparcada en el edificio, dejando solo atada al anclaje la rueda delantera. El perjudicado, tras encontrarla, contraatacó. Pidió una factura falsa por una supuesta reparación de los daños sufridos. La receta era de más de 90 euros. Al bromista aun no se le ha pasado el susto.
Rápida actuación
El jueves se vivieron momentos de tensión en los juzgados. Un hombre que estaba realizando un trámite en la sede judicial sufrió un ataque epiléptico a primera hora de la mañana. Fue atendido inicialmente por varios funcionarios, que reaccionaron con suma rapidez y lo colocaron en posición de seguridad. Luego fue asistido por un médico y el personal de una ambulancia. Al poco tiempo, el afectado se recuperó.
