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Tribunales

El Supremo confirma la pena de 15 años por un asalto mortal en Pollença

El Alto Tribunal ha desestimado el recurso de casación interpuesto por el homicida

Los tres acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Palma. guillem bosch

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de la Audiencia de Palma de 15 años y medio de prisión para un acusado de matar a golpes a un anciano de 78 años, Kurt Schwab, de origen suizo, al que propinó una brutal paliza y ató de pies y manos en su chalé del Port de Pollença con la intención de robarle en las navidades de 2013.

El Alto Tribunal ha desestimado el recurso de casación interpuesto por el homicida, que fue sentenciado por la sección segunda de la Audiencia de Palma por los delitos de tentativa de robo con fuerza, tentativa de robo con violencia y homicidio consumado, y le ha impuesto las costas de esta instancia a la parte recurrente. El fallo ya es firme.

Según destaca el Supremo, no se percibe que la Audiencia de Palma haya ponderado las declaraciones de los testigos, que el recurrente trata de desacreditar, de forma irracional o contraviniendo las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o los conocimientos científicos. La Audiencia examina en su sentencia cada una de las declaraciones de estos cuatro testigos y las pone en relación con los datos objetivos que figuran en la causa, y especialmente con el hecho de la huida del homicida a Chile, la forma de marcharse, la fecha en la que lo hizo (una vez que se conoció la muerte de una de las víctimas del robo) y sus intenciones de no regresar a España. "Datos todos ellos que otorgan verosimilitud y fiabilidad a los testimonios de cargo que ahora se cuestionan", concluye el Alto Tribunal, que resuelve que ha quedado debidamente enervada la presunción de inocencia del acusado "visto el acervo probatorio de cargo que obra contra el mismo".

El Supremo también señala que resulta "incuestionable" que el tribunal sentenciador contó con una prueba de cargo "sólida, plural y rica en contenido incriminatorio" contra el acusado. "Sin que las alegaciones de la defensa hayan conseguido desbaratar o desarticular los razonamientos de la Audiencia", añade la sentencia.

En este caso también fueron condenados otros dos sospechosos, quienes no recurrieron el fallo. Por un lado, el hijastro del principal encausado, al que se le impuso una pena de dos años de cárcel por una tentativa de robo con fuerza en casa habitada, ya que trató de desvalijar la vivienda del suizo unos días antes. Este joven fue asistido por la abogada Martina Cladera. Y otro hombre, defendido por el letrado Antoni Albertí, que fue sentenciado a 17 meses de prisión por los mismos hechos, con la circunstancia atenuante de confesión. Este último encausado fue absuelto del atraco mortal en el chalé.

Según se declara probado, los hechos ocurrieron la madrugada del 24 de diciembre de 2013 cuando los tres sospechosos entraron en un chalé situado en la carretera vieja de Síller, en el Port de Pollença, ocultando su rostro para evitar ser reconocidos. Los intrusos sabían que la vivienda era habitada por un matrimonio de avanzada edad y previamente habían suministrado a los perros que se hallaban en el jardín sobrasada con una sustancia tóxica para adormecerlos. Tras escalar un muro que rodea la casa, entraron en ella forzando una puerta, pero desistieron al activarse la alarma y presentarse un vehículo de la empresa de seguridad en las cercanías.

Días después, sobre las nueve y media de la mañana del 27 de diciembre, el principal acusado volvió a entrar en el chalé, junto con otro individuo no identificado con el rostro cubierto. El dueño de la casa, un suizo de 78 años, les sorprendió y fue golpeado brutalmente con puñetazos indiscriminados por todo el cuerpo.

Los atracadores le preguntaron dónde estaba el dinero y el septuagenario les respondía que no tenía. Continuaron golpeándole con fuerza hasta que perdió el conocimiento. Le ataron de pies y manos con unas bridas. Mientras, otro asaltante interceptó a la mujer del suizo, de 75 años, a la que obligó a conducirle hasta la caja fuerte, que estaba abierta y sin dinero. La perjudicada fue encerrada en el cuarto de baño con llave.

Los ladrones buscaron sin éxito dinero y objetos de valor y huyeron del chalé dejando malherido, maniatado e inconsciente al hombre y a su mujer encerrada en el baño. Una hora después, el suizo recuperó el conocimiento y se arrastró por el suelo hasta liberar a su esposa. Como consecuencia de la agresión, murió en el hospital el 1 de enero de 2014.

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