Un joven ha sido condenado por abusar de su hermanastra discapacitada psíquica y dejarla embarazada en Palma. El acusado tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos y deberá cumplir un año de internamiento en régimen cerrado. Fruto de la violación nació un niño y los servicios sociales asumieron su tutela a la espera de darlo en adopción. Un tribunal ha suspendido las visitas y toda relación entre la madre y el menor a la espera de sea entregado a una familia. El agresor y la víctima sufrieron agresiones sexuales durante una década, cuando todavía eran niños, por parte del padre de él, que acabó condenado a 20 años de prisión.
El origen del caso se remonta al año 1996, cuando una pareja inició una relación y empezaron a convivir. La mujer tenía una hija de 8 años con una discapacidad mental del 65 por ciento y ambos tuvieron poco después un hijo en común. El hombre, según una sentencia de la Audiencia Provincial dictada en 2011, violó a la niña durante diez años prácticamente a diario. Logró mantener las agresiones sexuales en secreto entregándole pequeñas cantidades de tabaco y dinero y diciéndole que no debía contar nada.
20 años de prisión
También su propio hijo, que en una ocasión sorprendió a su padre manteniendo relaciones sexuales con su hermanastra, fue víctima de abusos. El fallo judicial consideró probado que el niño fue violado tres o cuatro veces cuando tenía 10 años.
El tribunal declaró al hombre autor de dos delitos de abusos sexuales continuados, con abuso de superioridad por parentesco y valiéndose de la discapacidad de la menor, y le impuso 20 años de prisión.
En mayo de 2014 se descubrió que la joven discapacitada, que tenía entonces 25 años, estaba embarazada. Ella aseguró que no tenía constancia de haber mantenido relaciones sexuales con nadie, pero sospechaba que su hermanastro, el mismo que había sufrido los abusos años atrás, entraba en su cuarto por las noches.
El grupo de la Policía Nacional especializado en estos casos, llamado entonces Servicio de Atención a la Familia (SAF), inició una investigación y detuvo al sospechosos. Acababa de alcanzar la mayoría de edad, pero cuando ocurrieron los hechos tenía todavía 17 años, por lo que el caso quedó en manos de un juzgado de menores. Los servicios sociales, al tener conocimiento del caso, se movilizaron para atender al bebé. La joven discapacitada mostró su conformidad a entregarlo en adopción. En cuanto nació, el menor quedó bajo la tutela del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS).
El padre, que se sometió a una prueba de ADN para confirmar que el niño era suyo y descartar que la joven hubiera sufrido abusos por parte de otra persona. El resultado fue positivo y el acusado ha sido condenado a un año de internamiento en régimen cerrado en un centro de menores por un delito de abuso sexual y se ha dictado una orden de alejamiento de su hermanastra.
El bebé fue entregado provisionalmente a un familia canguro y meses después se decidió iniciar el proceso para entregarlo a una familia adoptiva. El Consell de Mallorca, como habían solicitado los técnicos, suspendió las visitas de la madre al entender que podían ser negativas para dotar al pequeño de un entorno estable y favorecer su desarrollo. La joven discapacitada recurrió porque no quería perder completamente el contacto con su hijo. Pero los tribunales han considerado que la decisión de Consell es la mejor para los intereses del niño. Un juzgado de primera instancia y la Audiencia Provincial han desestimado los recursos de la mujer contra el IMAS.
