Un juzgado de Palma ha condenado a una pena de un año y nueve meses de prisión a un hombre por robar de forma reiterada a lo largo de un mes 40 bragas y tangas del tendedero de dos mujeres guardias civiles en Inca. El sospechoso, de 52 años, accedía a la terraza del domicilio de las agentes a través de un edificio colindante, después de trepar por un muro de un metro y medio de altura y luego descender desde un tejado. Una vez en la azotea de la vivienda, se dirigía a la coladuría del piso, abría la puerta y se apoderaba de la ropa interior de mujer que allí encontraba tendida. Acto seguido, el ladrón abandonaba la finca. Repitió los hechos en varias ocasiones hasta que fue descubierto. En total se hizo con 40 prendas íntimas.
Lo que no sabía el acusado es que la ropa interior que robaba en el tendedero pertenecía a dos agentes de la guardia civil. Las víctimas se sintieron atemorizadas ante la presencia de forma repetida en casa de un intruso que podría tratarse de un depravado. Por este motivo, se instaló en la terraza del domicilio una cámara de vídeo para detectar al sospechoso. El dispositivo dio sus frutos, ya que logró captar al hombre cuando bajaba por el tejado y se introducía en la propiedad. Gracias a la grabación, se logró identificar al varón y se procedió a su detención a mediados de mayo de 2013.
El arrestado ingresó en prisión provisional, donde permaneció cerca de dos meses. Inicialmente, la fiscalía reclamaba para él una condena de cuatro años y medio de cárcel al considerarle autor de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas en casa habitada por el procedimiento del escalo. Ayer por la mañana, el ministerio público rebajó su solicitud de pena al apreciar las circunstancias atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño, ya que el hombre ya ha pagado 135 euros, el valor de las bragas y tangas sustraídos.
Acusación y defensa alcanzaron un acuerdo y el sospechoso admitió los hechos en la vista oral. La magistrada le impuso una pena de 21 meses de prisión y la prohibición de aproximarse y comunicarse con las dos víctimas.
Los hechos ocurrieron entre el 15 de abril y el 13 de mayo de 2013, cuando el acusado se dirigió varias veces al domicilio en el que residía una agente y en el que en ocasiones también pernoctaba otra guardia civil, situado en una conocida calle de Inca. Para llegar a la terraza del piso, el intruso escalaba un muro de un metro y medio de altura, al que llegaba a través de una finca cercana, y luego bajaba por el tejado del edificio de las perjudicadas. Una vez dentro de la azotea, abría la puerta de la coladuría, que no disponía de ningún anclaje, y se llevaba la ropa interior de mujer que tenían tendida. En total, robó 40 bragas y tangas, 30 de la moradora habitual y diez de la otra perjudicada, por las que reclamaron.
