El parque de La Femu se ha convertido en escenario habitual de actos vandálicos de menores. Muchas noches es frecuentado por adolescentes, pero en la pasada noche de Halloween hubo una considerable escalada de gamberrismo. Los daños se extendieron al mobiliario urbano, las plantas y a los vehículos estacionados en las proximidades. Muchos de estos vehículos aparcados en la zona suelen ser atacados por estos jóvenes gamberros. Las rayas en la pintura o la rotura de retrovisores son los desperfectos más habituales que le suelen causar. Pero ese noche arrojaron una papelera a un vehículo aparcado hace tiempo en las inmediaciones, con síntomas de abandono. Un vecino bajó a la calle y recriminó a los menores la acción. Uno de los adolescentes se encaró con él y el hombre les amenazó con llamar a la Policía si no desistían en su actitud.
La ajetreada agenda del clan
El pasado miércoles se convirtió en un día hiperactivo, de una actividad frenética, para los miembros del clan de Los Valencianos y El Cabrero. Varios menores fueron interceptados por la Policía mientras uno de ellos, de apenas 13 años, conducía un coche a toda velocidad con otros adolescentes de La Soledat. Ese mismo día una mujer se puso de parto mientras otros familiares comparecieron como imputados en la Audiencia Provincial para ser juzgados por narcotráfico. El juicio se tuvo que suspender debido a que la nueva madre también debía sentarse en el banquillo. Todo un despliegue de actividad frenética'.
Homenaje sorpresa
El guardia civil Antonio Montalvo ha cambiado de destino en la Comandancia de Balears después de cuatro años en la Oficina Periférica de Comunicación (OPC). Los periodistas reconocimos el pasado jueves su excelente trabajo durante todo este tiempo con un homenaje sorpresa a manteles en Portitxol. Su compañero y amigo, el cabo Francisco Molina, se encargó de buscar una excusa para conducirle al restaurante donde se le hizo el merecido tributo por su eficiente labor al facilitar el trabajo a los medios de comunicación.
Alcoholemia récord
Un conductor completamente ebrio golpeó el jueves a un vehículo estacionado delante cuando se disponía a salir del sitio donde había aparcado en la plaza de San Cosme. Al dar marcha atrás, chocó contra el coche que esperaba para estacionar allí. Un testigo le quitó al infractor las llaves del turismo para que no pudiera conducir. Al soplar en la prueba de alcoholemia, dio 1,23 y 1,12. Todo un récord.
Un abandono exasperante
Los vecinos de la calle Germà Benilde del Pont d'Inca, en Marratxí están profundamente indignados. El motivo de su malestar es el estado de abandono de una furgoneta Volkswagen y un coche Peugeot aparcados en plena calle El vecindario considera que ambos vehículos son un foco de suciedad. Los cristales están pintados y las llanta de las ruedas oxidadas. Algunos vecinos escribieron a la Policía Local de Marratxí para denunciar esta situación y pedir su retirada inmediata. Desde el Cuerpo les contestaron que tenían expedientes abiertos y la grúa no podía actuar aún. La exasperación vecinal es máxima por los habituales problemas para aparcar el coche en el barrio mientras estos dos vehículos ocupan dos plazas.
Beneficio de la comunidad
Un joven accedió a realizar trabajos en beneficio de la comunidad, en lugar de acumular una condena, después de ser sorprendido robando un ciclomotor y tras protagonizar una alocada huida. El delincuente robó la moto de un garaje y la Policía le persiguió. El joven que iba de paquete saltó en marcha a unos matorrales y el ladrón solo se detuvo tras estrellarse en una rotonda. Se da la circunstancia de que este delincuente juvenil está preso por otra causa.
El día más aciago del taxista
El pasado sábado no era el día de un taxista que protagonizó un espectacular accidente de tráfico tras estrellarse contra una farola en la incorporación de la autovía de Llevant a la calle Puerto Rico de Palma. El conductor presentaba evidentes signos de embriaguez y embistió a la luminaria después de tomar la curva cerrada a una velocidad excesiva. Para su desgracia, un oficial de la Guardia Civil fuera de servicio iba detrás de él conduciendo su coche. Tras la violenta colisión, el taxista trató de proseguir la marcha y abandonar el lugar a toda prisa, pese a los numerosos destrozos del vehículo. Cuando el agente le enseñó la placa y le instó a detenerse de inmediato, el conductor se derrumbó y empezó a vomitar. Los agentes de la Agrupación de Tráfico del Instituto Armado acudieron poco despues y le detuvieron por un presunto delito contra la seguridad vial.
