El abogado de un policía local de Palma ha pedido hoy al tribunal una condena de 11 años de prisión por atentado contra la autoridad y tentativa de homicidio para el hombre que le partió la tráquea de un puñetazo al agente tras un altercado ocurrido en una discoteca en la madrugada del 21 de abril de 2013.

La fiscal ha pedido 9 años de condena: 1 por atentado y 8 por homicidio en grado de tentativa, así como 3.000 euros de indemnización, porque considera acreditado "el ánimo de matar al policía local" por parte del agresor, tanto porque dirigió el golpe al cuello como por la contundencia y la precisión con que lo dio.

La defensa ha pedido una condena de 1 año y 6 meses de prisión por atentado con lesiones porque considera que el acusado golpeó al agente con la intención de hacerle daño pero no de matarle, y ha solicitado al tribunal que tenga en cuenta las circunstancias atenuantes de embriaguez en el momento de la agresión y de reparación del año porque ha aportado 800 euros.

La agresión ocurrió cuando cuatro policías locales identificaban en la calle a cuatro hombres que habían sacado de un local de la avenida Joan Miró porque estaban molestando a los clientes y peleándose entre ellos, según han relatado los agentes ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia de Palma durante el juicio celebrado hoy.

El policía agredido recibió un único puñetazo por sorpresa en el cuello que le produjo una fractura completa del ala del cartílago tiroides que ha sido descrita por el otorrino de Son Espases que le atendió como "una lesión muy grave del esqueleto de la vía aérea".

Según el médico, si el golpe se hubiera producido 4 o 5 milímetros más abajo, el policía "se hubiese muerto, no hubiera llegado al hospital", ha explicado.

Un forense ha detallado que la lesión puso en peligro la vida del paciente porque se pudo ahogar debido a la inflamación y porque, además, un golpe de ese tipo en ocasiones produce un reflejo nervioso que transtorna el ritmo cardíaco y para el corazón.

"El paciente puede morirse antes de llegar al hospital, tuvo bastante suerte", ha detallado el doctor que le atendió en Son Espases, quien ha añadido que el golpe para producir semejante fractura "ha de ser de una violencia extrema". "Esto lo vemos únicamente en accidentes de tráfico y violencia interpersonal", ha afirmado.

Según el médico, este tipo de golpes en la vía aérea los da "alguien que sabe que es uno de los puntos débiles del cuerpo, alguien que sabe que ahí va a dejar KO a la persona", situación que se da "solo en personas que hacen artes marciales o tienen entrenamiento".

Los agentes que intervinieron esa noche han contado que el acusado y sus tres acompañantes les insultaron y les amenazaron diciéndoles que eran boxeadores y les iban a agredir. Uno de ellos ha descrito que el acusado se mantuvo "observando la situación" hasta que lanzó el puñetazo "apretando los dientes".

El acusado ha dicho que no recuerda lo que pasó porque esa noche se había bebido una botella de licor y había tomado pastillas tranquilizantes, pero ha asegurado que "no tenía intención de matar a nadie".

En el turno de última palabra, ha pedido perdón al policía y a su familia por lo ocurrido.

El policía agredido ha contado al tribunal que ha sufrido varias secuelas físicas y ha tenido que ser operado a consecuencia de aquel puñetazo, cuya finalidad era "partir la tráquea, seccionar la carótida y ahogarme con mi propia sangre", según ha dicho que le indicó el otorrino que le atendió.

"Yo amaba la policía y ahora no quiero estar en la calle, quiero estar en una oficina", ha afirmado. El juicio ha quedado visto para sentencia.