"Después de casarnos y al quedarme embarazada empezó a cambiar de carácter y a humillarme. Me insultaba y me decía ´cállate la boca´, ´no vales para nada´, incluso delante de otras personas. Controlaba mi forma de vestir. No quería que me maquillara, no quería que me vistiera con faldas cortas, zapatos de tacón o escotes. No quería que saliera de casa. Se ponía muy celoso. Controlaba las facturas de teléfono y todas las llamadas que hacía porque se pensaba que hablaba con otros hombres. Puso tornillos en el buzón para impedirme coger las cartas. Lo controlaba todo". Una joven relató ayer en un juicio en Palma cómo fue anulada y humillada por su entonces marido a finales de 2011. Según su versión, vivió un auténtico calvario hasta que sus padres le "abrieron los ojos". En aquellas fechas se había quedado completamente sola. "Me distanció de todos los amigos", aseguró la víctima ante la sala sin poder contener las lágrimas. "Pero yo estaba enamorada, quería volver con él", se sinceró.

El acusado negó los hechos tajantemente y se excusó alegando que pasaba muchas horas fuera de casa trabajando en los servicios de mantenimiento de un hotel. La fiscal y la letrada de la acusación particular solicitaron para él una condena de un año de prisión y una multa por un delito de maltrato psicológico y una falta continuada de vejaciones. En sus informes, destacaron que el joven sospechoso menospreció e insultó a su esposa. "Le controlaba el correo, las facturas de teléfono y puso tornillos en el buzón", detalló la fiscal. "La víctima sufrió una situación de dominio machista y de maltrato psicológico. Por eso, su carácter cambió, tuvo una depresión, se dejó y engordó 14 kilos porque su marido así lo quería", recalcó la acusación particular.

Por su parte, la abogada de la defensa reclamó la libre absolución del imputado al considerar que no había pruebas de cargo suficientes. La defensora trató de rebatir la pericial efectuada por una psicóloga que explicó que la perjudicada sufrió una pérdida de audición (hipoacusia) como consecuencia de la depresión y de la vivencia de estrés que padecía.

La psicóloga de un servicio público que presta asistencia a mujeres maltratadas y que está vinculado al Institut Balear de la Dona confirmó que la paciente presentaba una sintomatología depresiva grave. La especialista destacó el cuadro postraumático que sufría marcado por el miedo, la vigilancia y la baja autoestima de la mujer. Sus familiares confirmaron que la joven quedó totalmente anulada por su esposo. "Él le subrayaba con fosforito las facturas de teléfono", indicó la madre.

Un hermano del acusado fue el único que no se percató de ninguna humillación. La víctima recordó que él consiguió aislarla de todos. "No quería que diera clases de baile. Me prohibió estar con mis amigos. Me quedé sola. Él se transformaba, es un gran actor. Amenazaba con dejarme sola y con suicidarse. Me dijo que dejara de trabajar y que estuviera en casa. Durante el embarazo, me dejó sola. Aún hoy sigo teniéndole miedo", manifestó la perjudicada.