La Audiencia Provincial de Palma inició ayer el juicio contra tres georgianos, considerados por la Policía como ladrones profesionales, acusados de robar en catorce domicilios de la isla en solo tres semanas. Los acusados presuntamente desvalijaban las viviendas en poco tiempo en Palma, Manacor e Inca entre junio y julio de 2011. Se apoderaban de todos los efectos de valor que encontraban, principalmente, valiosas joyas, relojes de primeras marcas, teléfonos móviles y aparatos tecnológicos. Según la fiscalía, el montante de lo sustraído asciende a más de 83.000 euros.

Su ´modus operandi´ consistía en el sistema del ´resbalón´ y del ´pico del loro´, por el que desbloqueaban y partían los bombines de las cerraduras mediante pletinas o tarjetas de plástico o bien gracias a una llave inglesa.

Ayer por la mañana, los tres sospechosos, que están en prisión, negaron de forma tajante ante el tribunal de la sección primera haberse dedicado a desvalijar inmuebles en el verano del pasado año. "Jamás he robado nada. No he estado en ninguna de estas casas", manifestó uno de los imputados.

Dos de los supuestos ladrones se enfrentan a sendas peticiones de condena por parte de la fiscal de diez años de cárcel por catorce delitos de robo, uno de ellos en grado de tentativa, y por falsedad documental, ya que presuntamente se identificaron con el nombre de otra persona y contaban con carnés de conducir fraudulentos de Bulgaria y Rumanía. Por su parte, el ministerio público reclama para el tercer georgiano una pena de siete años y medio de prisión por la oleada de robos en Palma, Inca y Manacor.

La Policía Nacional truncó la frenética actividad de este grupo el pasado 6 de julio de 2011, cuando los tres encausados, de 28 y 35 años de edad, fueron sorprendidos dentro del coche de uno de ellos, un Mercedes, en el que los agentes se incautaron de uno de los relojes que figuraban como sustraídos, así como de diversas herramientas, entre ellas una llave inglesa con la que supuestamente rompían las cerraduras de las casas. Luego, los investigadores registraron la vivienda que compartían los tres georgianos, en Palma, donde hallaron joyas, un teléfono móvil y relojes robados.

Lo compraron a un rumano

Los presuntos cacos alegaron ayer ante la sala que todos los efectos intervenidos por la Policía los habían comprado hacía unos días a un ciudadano rumano en las inmediaciones de la plaza de España, en Palma. Según su versión, desconocían que los artículos fueran robados, ya que, si lo hubieran sabido, no los habrían adquirido.

Uno de los sospechosos explicó que se sentía "engañado" por el vendedor, ya que este le comentó que no tendría ningún problema llevándose las joyas. Según apuntó, un colgante y un anillo se los regaló a la esposa de su compinche en agradecimiento por hacerles la comida y dejarles quedar a dormir en su casa; un teléfono móvil se lo iba a enviar a su madre y los relojes pretendía llevárselos a Georgia para revenderlos.

Su compañero y además primo, señaló que, tres días antes de ser arrestado, habían comprado los relojes al rumano "todos por 200 euros". Según su versión, por ese módico precio le daban muchas cosas, si bien no sabía que eran tan valiosas. Los dos familiares respondieron con evasivas al hecho de poseer documentación falsa y dijeron que nunca habían visto la llave inglesa intervenida.

Los tres imputados fueron identificados por la Policía el 1 de julio de 2011 por la noche en una finca de la ciudad. Los acusados rechazaron haber intentado forzar una puerta de un piso para entrar a robar. Según apuntaron, no trataban de desvalijar la casa, sino que querían ir a ver a una mujer rusa que vivía en la zona y por eso subieron al tercer piso y llamaron a uno de los timbres.