Cuatro chinos han sido condenados por la brutal paliza que recibió el exjefe de uno de ellos, de la misma nacionalidad, tras una discusión en un restaurante de Palma. La víctima recibió una lluvia de patadas, puñetazos y golpes con sillas y botellas que le causaron lesiones graves, por las que tuvo que ser hospitalizada y padece secuelas. Parece ser que la pelea comenzó cuando uno de los agresores se sintió ofendido porque su antiguo jefe quiso invitarle a una cerveza. Los agresores, miembros de una misma familia, reconocieron los hechos y se conformaron con penas de entre nueve y quince meses de prisión después de que la fiscalía rebajase su petición inicial.

Fue en la noche del 12 de octubre de 2008 cuando la víctima se encontró, en un restaurante chino de la calle Torcuato Luca de Tena, con un antiguo empleado suyo y quiso invitarle a una cerveza. Lejos de agradecérselo, le contestó que él tomaba coñac y que tenía mucho dinero. Ese fue el punto de partida de una discusión a la que sumaron tres familiares del antiguo trabajador de la víctima.

Lesiones graves y secuelas

Los agresores la amenazaron con pagar a un grupo de sicarios para que la mataran y acto seguido comenzaron a agredirla. El hombre recibió varias patadas y puñetazos por todo el cuerpo, un botellazo en la cabeza y fue golpeado con una silla. Además, le clavaron un objeto punzante.

La víctima sufrió lesiones graves, especialmente en la cabeza y las cervicales, y tuvo que ser trasladada a un centro hospitalario. Allí estuvo ingresada dos días, pero las heridas tardaron más de un año en sanar. De hecho, actualmente padece estrés postraumático y una leve sordera, así como varias cicatrices por los puntos de sutura que recibió.

La Policía, tras ser alertada de lo ocurrido por la mujer de la víctima, consiguió localizar a los sospechosos pero no llegó a detenerlos.

La fiscalía reclamaba inicialmente cuatro años de prisión para cada uno de los acusados como autores de un delito de lesiones. Sin embargo, antes del juicio que debía celebrarse hace unos días en un juzgado de lo penal de Palma, el ministerio público, la acusación particular y los abogados defensores llegaron a un acuerdo de conformidad que evitó la vista oral.

Así, los cuatro acusados confesaron su participación en los hechos. Tres de ellos se conformaron con una pena de nueve meses de prisión, mientras el otro implicado acató un año y tres meses de reclusión. Todos ellos carecían de antecedentes, por lo que no serán encarcelados por esta causa.

El acuerdo entre las partes incluía una indemnización para la víctima, que recibió en mano 10.000 euros en efectivo en los pasillos de los juzgados a cambio de aceptar el pacto.