Los últimos meses de Dieter Frerichs, el empresario alemán que murió ayer de un disparo en Palma cuando huía de la Policía, fueron un periplo trepidante. La Europol, el Grupo de Delincuencia Internacional de la Policía y la Audiencia Nacional llevaban un mes tras él. Le seguían muy de cerca la pista hasta que lograron acorralarle. El prófugo germano, cuya pareja es Mietta Leoni, madre de la popular presentadora de televisión y modelo Fiona Ferrer Leoni, estaba siendo buscado por una presunta estafa millonaria. Fiona Ferrer protagonizó una de las bodas del año en el verano de 2009 cuando se casó con el empresario Jaime Polanco, sobrino de Jesús Polanco.

El sospechoso, que residía en un impresionante chalé en la barriada palmesana de Sant Agustí, estaba acusado de un supuesto desfalco de 200 millones de euros. Las víctimas eran decenas de inversionistas y entidades bancarias de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Asia.

Las autoridades germanas, que reclamaron su busca y captura a principios de este año, ya alertaron de que el fraude era "extremadamente grave" y que el sospechoso podría ser condenado a penas de hasta 15 años de prisión por estos hechos. Lo investigadores sospechaban que había creado un entramado al más puro estilo de Madoff. Se trataba de una presunta estafa piramidal con decenas de afectados en varios continentes. El empresario fugado, de 73 años de edad, habría operado desde Palma entre los años 2006 y 2009.

Ayer falleció como consecuencia de un disparo en la cabeza. La Policía apunta como principal línea de investigación que fue el mismo Dieter Frerichs quien se pegó un tiro cuando dos agentes estaban a punto de arrestarle. El alemán, al verse acorralado, saltó desde unas rocas al mar frente a su casa de Sant Agustí y accionó el gatillo de una pequeña pistola que llevaba en una de sus manos y que había sacado de una mochila momentos antes. Primero, realizó un disparo al aire y luego se pegó un tiro en la cabeza. La familia del fallecido discrepa de esta versión y apuntaba en un principio que fueron los policías los que le dispararon.

Lo cierto es que sobre las espaldas de Dieter pesaban unos graves cargos. La Audiencia Nacional, las autoridades germanas, la Europol y la Policía Nacional estaban volcados en su busca y captura. Un juzgado central de instrucción de la Audiencia Nacional había ordenado en mayo su inmediata detención e ingreso en prisión por la presunta estafa millonaria.

Además, meses antes se había visto envuelto en un ajetreado periplo judicial. No hacía mucho que había quedado en libertad después de que un juzgado palmesano ordenara que fuera encarcelado.

Dieter Frerichs fue detenido el pasado 13 de abril e ingresó en la prisión de Palma por la supuesta estafa piramidal de 200 millones de euros. Según fuentes policiales, el acusado habría llevado a cabo desde Mallorca importantes inversiones fraudulentas con las que habría estafado a particulares y bancos de varios países. Al parecer, entre 2006 y 2009, presuntamente utilizó como pantalla su posición de directivo en una empresa alemana para operar con las víctimas.

Un juzgado germano de Amsrgericht, encargado de investigar los hechos, emitió a principios de año una orden europea de detención y entrega. Además, el grupo de Delincuencia Internacional de la Policía Nacional en Palma recibió también hace unos meses una comisión rogatoria para que llevaran a cabo una serie de pesquisas en la isla. Los agentes lograron confirmar que Dieter estaba afincado en Palma. Tras varias averiguaciones, el 13 de abril se practicaron tres registros en casa del sospechoso, en Palma, y en dos locales de Ciutat y Calvià. La Policía intervino allí multitud de documentos y procedió a detener al hombre. El acusado siempre negó los cargos de forma tajante. Poco después, fue puesto a disposición del juzgado de guardia de Palma, que ordenó su ingreso en prisión a la espera de ser trasladado a Alemania.

A principios de mayo, Dieter quedó en libertad y el día 27 de ese mes la Audiencia Nacional volvió a dictar una nueva orden de detención e ingreso en prisión. Por este requerimiento estaba siendo buscado en los últimos días. Algunos vecinos de Sant Agustí sabían que las autoridades iban tras él e incluso le comparaban con Madoff. Ayer el vecindario era un hervidero de rumores sobre lo que había ocurrido.