Un joven de 21 años aceptó ayer cumplir una condena de 22 años y medio de prisión por matar a sus padres en septiembre de 2007 con un sable decorativo y luego fingir un robo en el domicilio familiar en Catarroja (Valencia).

El acusado reconoció cabizbajo los hechos ante el tribunal, con apenas un hilo de voz y visiblemente más delgado que hace dos años. El fiscal había solicitado en principio para el procesado una pena de 30 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato, pero un acuerdo de las partes ha permitido la rebaja de la condena, que se ha fijado en 11 años y tres meses de prisión por cada uno de los dos homicidios.

La madrugada del crimen, Sergio F., con 19 años, mató a su padre, de 47, con una catana que decoraba las paredes del domicilio familiar.

Luego, recogió a su madre, de 46 años, que trabajaba en un salón de celebraciones de la localidad de Albal, la llevó a casa y también la mató.