Los bomberos y el personal de Parques y Jardines vivieron ayer una jornada ajetreada, que se inició a primera hora con decenas de servicios pendientes desde el día anterior, cuando vientos de casi cien kilómetros por hora azotaron la isla. Eran las intervenciones consideradas menos urgentes –sobre todo retirada de árboles y ramas desplomadas que no suponían un peligro–, pero que les mantuvieron ocupados durante todo el día. Según el balance del servicio de emergencias del 112, hasta las diez de la mañana de ayer hubo que intervenir en 195 incidentes producidos por el temporal.

El vendaval, que se dejó sentir especialmente durante la tarde y primeras horas de la noche del jueves, causó numerosos desperfectos, en su mayoría de carácter leve. Sus efectos lo sufrieron sobre todos el arbolado y el mobiliario urbano, así como persianas, toldos, antenas y otros elementos de los edificios.

Uno de los incidentes se produjo en la calle Pau Piferrer, en la barriada palmesana de es Fortí, donde un árbol de considerable altura se desplomó y causó grandes daños en un coche. Los vecinos de esta calle explicaban que era el cuarto árbol que se cae en lo que va de año en esa calle, que apenas tiene 150 metros de longitud, y que el año pasado se cayeron otros dos. "Se trata de árboles que apenas tienen raíces y cuyas copas han alcanzado ya un gran tamaño, por lo que cada vez que hay algo de viento se cae alguno, y siempre cae encima de alguno de los coches aparcados", explicaba ayer un vecino. La situación ha llegado al extremo que los residentes en la zona evitan aparcar en la calle los días que sopla el viento.

La caída de árboles ha sido el incidente más frecuente de los registrados por el 112 en los últimos días. La central de emergencias gestionó 195 incidentes relacionados con el temporal hasta ayer a las diez de la mañana. De ellos, 76 se referían a árboles desplomados y 23 a árboles con peligro de caér, 20 a caída de objetos y 31 incidentes por riesgo de caída de objetos, 22 por obstáculos peligrosos para la circulación, cuatro con embarcaciones en el mar, seis por desprendimiento de cableado eléctrico, dos de inundaciones de vías públicas y un corte de carretera, el de la C-713a, la carretera vieja de Inca, cuya circulación permaneció interrumpida por espacio de una hora por la caída de un árbol.

Durante todo el jueves, las dotaciones de Bombers de Palma y de Mallorca trabajaron a destajo apartando árboles de la calzada que impedían el paso, o bien retirando ramas o elementos de las casas que suponían un peligro. Ayer los bomberos tenían pendientes decenas de servicios, los considerados menos graves, que les mantuvieron ocupados durante todo el día. El personal de Parques y Jardines de Palma tuvieron que realizar numerosas intervenciones para reparar daños en el arbolado.

Las fuertes rachas de viento afectaron también a las comunicaciones marítimas, obligando a cancelar varios trayectos. Ayer se normalizó la situación.

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