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Poblando América

Poblando América

La cuestión de cómo llegaron los primeros pobladores al continente americano, y de dónde procedían, ha supuesto una de las principales controversias entre los paleoantropólogos. Varias circunstancias contribuyen a justificar las dudas. La primera de todas, que América permaneció virgen por lo que hace a la presencia humana hasta una época muy tardía. Si fue en África donde apareció nuestro linaje hace nada menos que unos siete millones de años, y sucesivas migraciones llevaron a Eurasia a nuestros ancestros hace poco menos de dos millones, la Polinesia tardó mucho más en poblarse con una presencia en Australia que alcanza todo lo más 50.000 años. Pero aún siendo tardía esa migración, supondría el doble de tiempo al menos de lo que cabe considerar la llegada a América.

En el año 2012 un equipo dirigido por el colombiano Ruiz-Linares, investigador del University College de Londres (Reino Unido), reunió datos de 69 pueblos indígenas de todo el continente americano, incluyendo las etnias inuit, para publicar en la revista Nature un modelo de la colonización del Nuevo Mundo en tres oleadas sucesivas procedentes del norte de Asia. La primera de ellas habría tenido lugar hace 15.000 años, atravesando lo que se conoce como región de Beringia —el puente que conectaba Asia y América a través del actual mar de Behring a finales de la última glaciación— y dejando su huella en la práctica totalidad de los indígenas actuales.

Un nuevo estudio, aparecido también en Nature, aclara la dinámica de ese movimiento de poblaciones. J. Víctor Moreno-Mayar, investigador del Centre for GeoGenetics del Museo de Historia Natural de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), como primer firmante del trabajo presenta los resultados del análisis del genoma de los restos de dos bebés procedentes del yacimiento de Upward Sun River, en Alaska, con una edad de cerca de 11.500 años (muestra USR1). La estrecha relación genética de esos dos pobladores con la totalidad de los nativos americanos tanto antiguos como modernos secuenciados hasta ahora pone de manifiesto, según los autores, que USR1 representa la población original de Beringia. Se separaría de sus ancestros asiáticos hace unos 36.000 años y cerca de diez mil años más tarde el flujo de genes de los eurasiáticos norteños se habría dispersado ya por las diversas poblaciones nativas de América, con distintas ramificaciones que darían lugar hace unos 22.000 años a la diversidad actual.

Pero el aporte genético desde el norte de Asia al norte de América no se detuvo entonces. Una parte de los pueblos esquimales siguió recibiendo nuevos flujos de población procedentes siempre del continente eurasiático que terminaron por sustituir la huella de los colonizadores iniciales de Beringia. Lo que no parece que sucediese es que los pueblos instalados en las latitudes americanas más meridionales volviesen al norte ni se instalasen en Eurasia. Thor Heyerdahl, con toda su genialidad, se equivocaba.

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