Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aves nocturnas

J. Carlos Delgado, detective: un trabajo entretenido

"El detective debe mimetizarse con el entorno", dice Delgado, que añade: "Nos parecemos más a Mortadelo y Filemón que a Marlow"

Juan Carlos Delgado investiga casos de lo más variado. LUIS ARBOLEDAS

No son muchos en las islas, Juan Carlos Delgado es uno de ellos: un detective. Las películas han hecho mucho daño, divulgando un estereotipo que no se corresponde con la realidad. Cuenta que llegar a la oficina, en DetectIB, y no saber qué te vas a encontrar es uno de los alicientes de su trabajo. 402 casos el año pasado, algo más de un caso al día, dan una idea de la actividad de su profesión, que no puede ejercer cualquiera. Desde 1992 para ser detective se exige un título superior, el de criminología, y un año más en la especialidad de detective privado, siendo los únicos en Europa con esa exigencia. Contrariamente a lo que uno pueda imaginar, después de tanta serie y tanta peli como la del famoso Areta protagonizada por Alfredo Landa, un detective no tiene permiso de armas por el hecho de serlo, y lo normal, al igual que cualquier persona, es no tenerlo. No obstante, y como era de esperar, es la parte nocturna de su actividad la que reviste más riesgo, simplemente porque es por la noche cuando más pecamos, y cuanto más se peca y más gordo es el pecador a más peligros te expones.

Aunque forma parte significativa de su actividad, no todo es vigilar infidelidades matrimoniales, entre otras cosas porque actualmente ya no es necesaria esa prueba para tramitar un divorcio, afortunadamente. Detectar fraudes a mutuas laborales —el listo que está de baja con su collarín y sus muletas por las mañanas y se machaca en el gimnasio por las tardes— o a aseguradores —la televisión que se rompe una vez pero determina el cobro de la compensación de dos aseguradoras—; el fulano que no pasa la pensión a sus hijos después de una separación alegando estar tieso aunque circule en Mercedes y tenga un barco€ El abanico de posibilidades es amplísimo, lo que contribuye a que el trabajo de detective no sea de los que se puedan describir como aburridos.

Cuenta Juan Carlos entre risas que el detective es menos parecido a Marlow y más a Mortadelo y Filemón. Tienes que mimetizarte con el entorno. Si tienes que investigar lo que sucede en el ambiente del botellón tienes que ser un detective joven porque si no das el cante por soleares, como si fueras un semáforo; si el asunto se cuece en una playa no puedes ir con traje, y así sucesivamente.

Relata cierta frustración por el hecho de que la ley de Seguridad Privada no permita a los detectives investigar un delito cuando lo detectan, pues en ese momento deben dar conocimiento a la Policía para que ésta se encargue y, claro, hay delitos a los que la Policía o la Guardia Civil no va a dedicarse con mucho esmero simplemente porque no tiene tiempo para dar abasto con todo y, naturalmente, deben establecer prioridades. Si investigan un asesinato no van a entretenerse mucho en determinar quién te ha birlado la moto, por ejemplo. Por eso el colectivo de detectives espera que la ley cambie y puedan dedicarse a esas pesquisas también. El problema es que son pocos y la influencia que tienen es muy limitada.

Es una actividad entretenida y variada, pero también tienes que pasar alguna que otra noche en el coche sin poder encender el motor para que no adviertan tu presencia los investigados y, claro, sin calefacción o aire acondicionado, y sin poder ni siquiera leer los mensajes del móvil, porque cualquier distracción puede hacer que pierdas a tu objetivo.

Un buen detective debe documentarse con cada caso y es importante no involucrarse emocionalmente, aunque a veces eso sea inevitable.

Compartir el artículo

stats