Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Con Ciencia

Saliendo de África

Saliendo de África

No son muchas las evidencias firmes que existen acerca de los procesos que guiaron la evolución humana pero, al menos, existe el convencimiento general de que nuestro linaje separado del de los chimpancés apareció en África hace cerca de siete millones de años. En África evolucionó hasta que los primeros miembros de nuestro género, Homo, salieron del continente para ocupar parte de Asia. También se acepta que nuestra especie, Homo sapiens, es africana, aunque su antigüedad aún no queda clara: más de 200.000 años, en cualquier caso. Como la presencia de humanos modernos en Europa no se produce hasta hace mucho menos, unos 50.000 años, tuvieron que ser varias las salidas de humanos del continente africano. La controversia acerca de cuántas veces lo hicieron y cómo se relacionaron con los neandertales —incluso mediante el mestizaje— sigue abierta.

Entre las dudas que existen acerca de la tendencia migradora de los humanos se encuentra el momento de su llegada a Australia. Las evidencias fósiles más antiguas no proceden de la primera aparición humana en el continente australiano; hay pruebas arqueológicas que la sitúan en una época anterior. Sucesivos trabajos del equipo dirigido por Chris Clarkson, investigador de la School of Social Science en la universidad de Queensland (Brisbane, Australia), realizados en el refugio de Madjedbebe —un abrigo rocoso del norte de Australia— han logrado llevar la fecha de la primera ocupación humana a nada menos que 65.000 años. Con una dificultad añadida respecto a una edad tan antigua.

Como ha indicado Ann Gibbons en el comentario sobre el estudio publicado por Clarkson y colaboradores en la revista Nature, se tiende a pensar que la principal hibridación entre neandertales y humanos modernos, cuya huella se encuentra tanto en los europeos como en los aborígenes australianos actuales, tuvo lugar entre 45.000 y 53.000 años atrás en Oriente Medio. Siendo así, los primeros ocupantes de Australia, que antecedieron en cerca de diez o incluso veinte mil años esas fechas, no podrían ser a su vez los ancestros de los aborígenes que se encuentran hoy. ¿Hubo una sustitución de poblaciones? ¿Una mezcla entre los nuevos llegados y los primeros ocupantes?

Tal vez la cuestión más fascinante en la historia de las primeras migraciones de nuestra especie es que se encuentren en el extremo asiático, en el mar de Wallacea —nada lejos de Madjedbebe— pinturas figurativas e iconos coloreados que coinciden en maestría y técnica con las que aparecen, también a partir del entorno de los 40.000 años, en las cuevas cántabras. Resulta enigmático que en los dos extremos del mundo antiguo aparezcan los mismos símbolos y no se encuentren en el enorme espacio geográfico intermedio. Tal vez con el tiempo la ocupación de Australia nos explique algunos de esos por qués.

Compartir el artículo

stats