Catalina Gayà se ha recorrido la mayoría de los puertos del Mediterráneo, con el objetivo de poner cara a las tripulaciones que las empresas abandonaron al inicio de la crisis económica. Son marineros sin opciones ni recursos a los que la escritora ha dado voz a través de El mar es tu espejo. La novela ha sido publicada por Libros del K.O.
-¿Cómo se adentra en las historias que hay tras El mar es tu espejo
-Estaba trabajando en Barcelona para El Periódico de Catalunya en una crónica sobre los problemas sociales, cuando me encontré con la historia de Faisal. Era un marinero paquistaní al que habían abandonado y llevaba 19 meses viviendo en el puerto. No tenía dinero para comida ni para volver a su hogar.
-¿Y cómo encuentra a las otras tripulaciones abandonadas?
-Gracias a la Federación internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). Me pasaban información de los marineros abandonados en el Mediterráneo que contactaban con ellos.
-¿De dónde proceden todas estas tripulaciones?
-La mayoría de países con economías pobres o que son fuerzas dentro del mundo del mar. Filipinas, Rusia o Ucrania, entre otros. Pero no es una historia de gente pobre. Los marineros son personas formadas que antes de ser abandonados cobraban buenos sueldos. Aunque también existe la explotación.
-Las tripulaciones suelen estar compuestas en su mayoría por hombres, ¿mientras se documentaba tuvo algún problema por ser mujer?
-Nunca. Todos los marineros con los que hablé eran auténticos caballeros. Además, entendían que yo estaba allí para hablar de su situación.
-¿Qué esperanzas de volver al mar o a su hogar tienen los marineros?
-Se pueden volver a embarcar. Pero si los marineros abandonan los barcos no pueden reclamar los sueldos atrasados que les deben. Es gente con familia que necesita el dinero. La repatriación tampoco es fácil, en este sentido ITF ha hecho mucho por las tripulaciones.
-¿Legalmente se ha hecho algo por cambiar la situación?
-En 2013 entró en vigor, a nivel internacional, un Convenio sobre el Trabajo Marítimo que han ratificado la mayoría de países. Es la medida definitiva. Entre otras cosas, contempla que la bandera es la que se encarga de pagar los sueldos y la repatriación. También sirve para luchar contra la bandera de conveniencia. Es una práctica que consiste en izar la bandera de una país diferente a la del propietario para beneficiarse de una regulación mínima.
-¿Cómo puede ser que la realidad de la que escribe en El mar es tu espejo
-Los puertos son tan cerrados que desconocemos casi todo lo que pasa ahí dentro. Existe toda una ingeniería financiera de armadores y propietarios de barcos que complica el quién es quién. Yo traté de encontrar a armadores y no lo conseguí. Hay triquiñuelas, e irregularidades, que existen desde hace siglos y que se han refinado con el tiempo.
-El título del libro recuerda a un verso del poema El hombre y el mar
-El 92% de las cosas que forman parte de nuestra vida nos llevan a hombres como Faisal. Con el inicio de la crisis económica las reglas del juego social cambian. Muchos marinos se quedan en tierra, abandonados. Lo que pasaba en el mar era un reflejo de lo que empezaba a ocurrirnos en tierra. El libro también trata de nosotros y las consecuencias del capitalismo salvaje.
