Seamos solidarios y apadrinemos a un peninsular para que vea lo que es vida
Bastante tienen los amigos de la península con la desgracia de no habitar en Mallorca, para que encima les neguemos nuestra hospitalidad en esos momentos duros como la temporada alta. Un poco de solidaridad con el prójimo. Y qué culpa tienen los pobres de que sus vacaciones coincidan precisamente con el verano, lo importante es que salgan unos días de ese muermo que es Forasterilandia, y reciban una lección de lo que es la buena vida. Y cómo no, que vuelvan a su anodina urbe muertos de envidia cochina.
Necesitamos desestacionalizar la amistad, que se nos quiera todo el año
A los mallorquines se nos quiere más en verano. Porque en invierno se nos echa de menos, y a ver cuándo nos vemos, pero la visita llega siempre con el buen tiempo, y por nosotros no te preocupes, que dormimos donde sea, lo único la niña, que a ver si puedes conseguirle una cunita. Así que nos pasamos el verano haciendo de camarero de piso mientras el resto del año la habitación de invitados acumula polvo y melancolía. Necesitamos desestacionalizar la amistad, conseguir que a los isleños se nos quiera todo el año.