Los vecinos de Son Oliva, que se concentraron el pasado miércoles en el parque Son Costa para arropar a su cocinera preferida, celebraron con una gran ovación el momento en el que el programa declaró el nombre de la ganadora de esta segunda edición de MasterChef.

Encendieron bengalas, abrieron botellas de cava y se formó una gran cola a la espera de felicitar a la madre de la ganadora, Mercedes, la que confesó estar "muy emocionada y muy feliz" de que su hija haya ganado.

Su madre, dado que el programa fue grabado anteriormente en Madrid, era conocedora antes que los televidentes del triunfo de su hija y, con ello, atesoraba la noticia de que Vicky había sido la benefactora de 100.000 euros en metálico, de la posibilidad de publicar su propio libro de cocina y de continuar con su formación cursando "le Grand Diplôme" en la prestigiosa escuela culinaria Le Cordon Bleu, donde también estudiarán los otros dos finalistas, Cristóbal y Mateo.

"A pesar de que ya supiese que mi hija ganó, lo he vivido muy real", confesó, para luego añadir: "Reconozco que ha sido muy duro no poder decir nada a nadie. Ahora que todo el mundo lo sabe, es un alivio poder expresar todo lo que llevaba dentro".

La fiesta en Son Oliva, a la que acudieron otros miembros de la familia Pulgarín, reunió a más de doscientos personas de todas las edades.